Durante más de cuatro horas se reunieron familiares de los 43 jóvenes que desparecieron en Iguala, estado de Guerrero, y el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Hasta la residencia presidencial de Los Pinos llegaron también los padres de los tres estudiantes asesinados en el enfrentamiento del 26 de septiembre y de otras dos víctimas que perdieron la vida en 2011, después de una lucha con la policía.
Los padres de familia declararon a los medios de comunicación que no confían en los esfuerzos de las autoridades mexicanas por encontrar a sus víctimas y denuncian una serie de irregularidades y falta de compromiso.
Los familiares consideran que los 43 jóvenes desaparecidos están vivos y que solo aceptarán la muerte de los suyos cuando peritos argentinos reconozcan e identifiquen los restos encontrados.
"Vamos con mucha ira, con mucho coraje, porque han hecho creer a la opinión que han estado trabajando y a nosotros nos han metido en ese rollo, hasta vamos con ellos a las búsquedas y nos damos cuenta que nada más van, se asoman y se regresan. Eso no es búsqueda para nosotros", afirmó el portavoz de los familiares, Felipe de Jesús de la Cruz.
Durante una última pesquisa en una zona cerca a donde desaparecieron los jóvenes en el municipio de Cocula los resultados fueron los mismos –no hay señales de vida o de muerte de los estudiantes normalistas que desaparecieron en el pueblo vecino de Iguala, en el estado de Guerrero.
Hay sospechas de restos humanos en una nueva fosa común hallada en Cocula, pero no hay pruebas.
El procurador general de México, Jesús Murillo Karam, dijo en una conferencia de prensa el martes que ni si quiera se puede decir todavía que el nuevo sitio sea una “fosa común”.
“En el momento en que tengamos los resultados (de las pruebas de ADN de los restos encontrados) les informaré inmediatamente. No son resultados fáciles, son resultados que requieren, en ocasiones, expertos que hayan trabajado en laboratorios especializados, y esto toma tiempo. Pero prefiero que tome tiempo, lo cual lleva a la verdad, en lugar apurarse y que nos lleve a adivinar, imaginar o inventar”, declaró el Procurador.
Esta semana se cumplió un mes desde que los estudiantes desaparecieron luego de enfrentarse a la policía en circunstancias misteriosas.
Ha habido especulación de una masacre a manos de sicarios del cártel Guerreros Unidos y casi 60 policías y pandilleros han sido arrestados por el caso.
Las autoridades aseguran que el exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, ahora fugitivo, ordenó el ataque para evitar que los estudiantes irrumpieran un evento que sostendría su esposa también prófuga e implicada en el caso.