El gobierno mexicano denunció el lunes que 150 policías y miembros de la inteligencia boliviana rodearon la residencia oficial de México en La Paz en un acto calificado de intimidatorio y que incluyó un intento de detener e inspeccionar un vehículo de la embajadora María Teresa Mercado.
El ejecutivo mexicano, en sendas cartas dirigidas al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, consideró que tales acciones "más que proteger, han intimidado y vigilado el interior de las instalaciones, así como al personal diplomático mexicano" lo que contraviene el principio de inviolabilidad de las sedes diplomáticas establecido en la Convención de Viena.
En respuesta, desde la Cancillería señalaron que Bolivia respeta los privilegios e inmunidades diplomáticas.
La mañana de este lunes, la canciller boliviana Karen Longaric, manifestó que es “imposible” que autoridades o la fuerza pública del país ingresen a un recinto diplomático de México. “Somos un país y una Cancillería que respeta las inmunidades diplomáticas y los privilegios amparados en la Convención de Viena, sobre relaciones diplomáticas”, destacó.
En horas de la tarde, la embajadora mexicana en Bolivia, agradeció en las redes sociales las declaraciones de la canciller Longaric y apuntó que espera que las fuerzas del orden alrededor de su residencia sean retiradas.
El despliegue policial comenzó el sábado pasado y el intento de detener el vehículo de la embajadora ocurrió el lunes.
Más tarde, desde La Paz, el gobierno interino de Jeanine Añez denunció injerencia en asuntos internos por parte de México a los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y anunció que está evaluando su permanecía en este organismo.
La canciller boliviana Karen Longaric informó que se envió una nota a los miembros en que se señala que "Bolivia no acepta, ni aceptará injerencia alguna en su política interna", debido a que México convocó a una reunión de la CELAC sin tomar encuentra a Bolivia, que actualmente tiene la Presidencia Pro Tempore del foro.
"Veremos si continuamos en la CELAC... y si México rectifica su conducta de violación a las normas de procedimiento", agregó.
El gobierno boliviano y el mexicano no pasan por los mejores momentos en sus relaciones debido a que tres exministros y otras autoridades se asilaron en la embajada de México en La Paz, después de la renuncia del expresidente Evo Morales el 10 de noviembre.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció asilo a Morales tras su renuncia porque consideró que su vida estaba en peligro después de que las fuerzas armadas de Bolivia le presionaran para que dejara el poder tras semanas de protestas en su contra por un cuestionado conteo de las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Morales llegó a México dos días después de su renuncia y permaneció en el país un mes. Cuando tomó posesión el nuevo mandatario argentino, Alberto Fernández, se trasladó al país sudamericano tras hacer una parada en Cuba para una consulta médica.
Tanto México como Argentina calificaron lo sucedido en Bolivia como un golpe de Estado y dieron todo su respaldo al líder indígena.
Poco después de que Morales dejara Bolivia, Jeanine Añez se declaró presidenta interina hasta que se convoquen elecciones, un gobierno que ni México ni Argentina han avalado.
Con información de AP