El empresario colombiano Alex Saab lleva más de un año en el foco mediático internacional, pero sobre todo las últimas semanas. Vinculado al Gobierno venezolano desde hace más de una década a través de contratos públicos, fue capturado en junio de 2020 en Cabo Verde y extraditado a Estados Unidos el pasado 16 de octubre por cargos de lavado de dinero.
Ambos hechos han aumentado las reacciones en protesta desde el Gobierno de Venezuela, el cubrimiento periodístico y las versiones en redes sociales respecto a Saab. Como han revelado las investigaciones del medio Armando.info, este hombre de negocios, que también tiene pasaporte venezolano, es cercano al presidente Nicolás Maduro y a su entorno, y habría sido clave para que el Gobierno sorteara las sanciones estadounidenses mientras se beneficiaba de sus acciones comerciales y diplomáticas, sin tener cargo oficial.
Desde entonces, medios y organizaciones venezolanas de fact-checking y contra la desinformación se han visto frente a falsedades en anuncios oficiales, cadenas de WhatsApp o incluso campañas con bots en Twitter que se hacen presentes en la opinión pública.
Afirmaciones ligeras
Como contó el venezolano y director de Colombiacheck, Jeanfreddy Gutiérrez, en una entrevista reciente a la Voz de América, los medios de Venezuela especializados en fact-checking han limitado la verificación de discurso público desde hace años “por la falta de declaraciones y documentos para contrastar”. Mientras tanto, le han dado peso a la desinformación en redes, como el contenido viral a través de WhatsApp, Twitter o Facebook.
Sin embargo, este tipo de medios sí ha podido verificar lo que dicen los principales políticos venezolanos, sobre todo los del Gobierno o afines, respecto a Alex Saab. La captura y posterior extradición del empresario han implicado hechos, datos y documentos de alcance internacional.
Uno de esos medios se llama Es Paja, y junto con Efecto Cocuyo o Cotejo.info ha abordado tanto el discurso público como la desinformación en redes sobre Saab.
El medio, un proyecto de la organización Transparencia Venezuela, mostró que la extradición del empresario se debía a una circular roja de Interpol a partir de ocho cargos que le imputaban desde una corte del estado de Florida relacionados con lavado de dinero. Para ello partió del alegato de Maduro de que la extradición había sido un “secuestro” y de las versiones en redes que la atribuían al hecho de haber importado alimentos para el sistema de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Es Paja también publicó el mes pasado que desde la ONU habrían consultado a Cabo Verde por las garantías sobre el empresario, y no que la organización acusaba al Estado de abusar sobre sus derechos humanos. En junio ya había desmentido al entonces canciller venezolano, Jorge Arreaza, que aseguraba que el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental obligaba al país insular a liberar a Saab. Si bien la sentencia existe, Cabo Verde no ha ratificado el protocolo que reconoce la competencia del Tribunal.
De igual manera, Es Paja desmintió que el despliegue mediático y propagandístico en las calles del Gobierno venezolano como respuesta a la extradición incluyera un decreto para celebrar la “semana Alex Saab”. Además, mientras el periódico Últimas Noticias titulaba el pasado martes 2 de noviembre “Se derrumba acusación de EEUU” contra Saab, diversos medios nacionales e internacionales confirmaron que la Fiscalía le había pedido al juez retirarle siete de los ocho cargos el día anterior porque el acuerdo de extradición con Cabo Verde incluía que una posible condena no podía superar el máximo de ese país.
Así, sobre Saab podría terminar pesando solo el cargo de conspiración para cometer el delito de lavado en la audiencia de imputación del próximo 15 de noviembre.
Campañas de propaganda con bots y partidarios
Lo publicado sobre Alex Saab en medios y redes sociales, sin embargo, va más allá de confirmaciones y versiones sobre los hechos.
La comunidad y medio venezolano Cazadores de Fake News, por ejemplo, ha documentado desde agosto de 2020 diversas campañas de propaganda en redes con bots y personas involucradas. Estas iniciativas incluyen miles de tuits y grupos de cuentas falsas, entre automatizadas y manejadas por humanos, dirigidas al Gobierno de Cabo Verde o que han promovido el hashtag #FreeAlexSaab. Tendencias como esa se habrían alentado desde Venezuela, Nigeria o Ghana, en África occidental, mientras Saab estaba detenido en la isla.
Cazadores de Fake News ha explicado cómo identificar aquellos bots mediante patrones en los tuits, la arroba o los seguidores. También ha registrado las medidas de Twitter contra influencers nigerianos o ghaneses por haber impulsado la campaña “no auténtica” a favor del empresario colombovenezolano, que había denunciado el Digital Africa Research Lab.
Igualmente, la comunidad ha identificado publicidad pagada en Facebook a favor de Saab, así como portales posicionados en Google —incluso uno supuesto de verificación— con artículos difamatorios, conversaciones falsas y ataques coordinados con cuentas oficiales venezolanas o bots, sobre todo contra el periodista Roberto Deniz, de Armando.info. Junto a Gerardo Reyes, director de Univisión Investiga, Deniz ha sido uno de los reporteros que más ha investigado los negocios y la relación con el poder político de Alex Saab.
En octubre, tanto Deniz como el coeditor de Armando.info, Ewald Scharfenberg, publicaron una columna en el diario español El País sobre Saab como un nuevo caso Odebrecht, por el alcance internacional de sus operaciones, y sobre el precio de haberlo investigado desde 2015, respectivamente. Ambos periodistas del medio, junto con Joseph Poliszuk en Colombia y también Alfredo Meza en Estados Unidos, llevan exiliados desde 2018. Deniz, además, denunció el hostigamiento por parte de la defensa de Saab y las autoridades venezolanas.
Aparte de campañas descentralizadas, Cazadores de Fake News publicó en octubre otra investigación sobre un caso particular: el portal Lechuguinos y su cuenta en Twitter, ahora suspendida. Esta cuenta violaba políticas de la red social contra el spam, la manipulación o el contenido de odio, incluidas desinformaciones y amenazas a ONG, políticos y periodistas. Y el medio demostró que el portal, de paso promotor de tendencias a favor de Alex Saab, lo dirige Lenin Dávila, un conocido en el Partido Socialista Unido de Venezuela.
Como revela la investigación, el contenido de Lechuguinos también ha estado enmarcado en el llamado Frente Único contra la Desinformación, una iniciativa de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que conforman Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y algunas de las Antillas Menores.
Por su parte, el Observatorio Digital ProBox, especializado en análisis de conversaciones en Twitter para detectar sus falsedades, identificó 134 tendencias en Venezuela sobre Alex Saab entre enero y el 17 de octubre de este año, día posterior a su extradición. Según su informe, esos hashtags exitosos habrían abarcado más de 3 millones de tuits, con un 53,75% producidos por “posibles cuentas automatizadas o falsas”, y algunos habrían llegado a posicionarse en Colombia, Nigeria o Ghana.
La organización multidisciplinar venezolana, cuyos miembros se mantienen en el anonimato por seguridad, también muestra que 34 de esas tendencias en septiembre fueron “impulsadas por cuentas vinculadas al oficialismo radical” en defensa del empresario. Asimismo, destaca que las narrativas principales a lo largo del año han sido, en ese orden, la victimización, el señalamiento a funcionarios de Cabo Verde, la mesa de negociación en México, la desinformación sobre el caso, la propaganda y el ataque a periodistas.
El papel de Saab y la “infocracia” en Venezuela
Trabajos como los de Es Paja, Cazadores de Fake News o el Observatorio Digital ProBox, entre otros, son ejemplos de que los medios de verificación venezolanos no solo han limitado su labor con el discurso público en favor de la desinformación en redes sociales. También han dado con otras opciones, como destaca el periodista e investigador sobre medios de comunicación y democracia en Venezuela, Andrés Cañizales, para la Voz de América.
Doctor en Ciencia Política por la Universidad Simón Bolívar, Cañizales resalta que estos medios han debido “buscar fuentes alternativas”, como las plataformas digitales; “confirmar si algo es factible”, en casos como la pandemia, o simplemente “hacer frente a la falta de información pública”, por ejemplo, con datos de instituciones internacionales.
Sobre la desinformación en torno a Alex Saab, el autor de libros como Infocracia. Poder político, medios de comunicación y derecho a la libertad de expresión en Venezuela (2014) afirma que es un “caso paradigmático”. De no reconocerlo a nombrarlo diplomático para confrontar la extradición —primero como embajador plenipotenciario en África, después como negociador en México— y elaborar campañas de propaganda con bots y personas, ha sido “inédito” y “ejemplifica la importancia que tiene para el chavismo”, asegura.
Como recordó la directora de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes, en una columna reciente en The Washington Post, el caso de Alex Saab también afecta a esas negociaciones en México, ahora estancadas tras el retiro del equipo del Gobierno antes de la posible conversación sobre los activos venezolanos en el extranjero. Todavía los controla el Gobierno de Juan Guaidó.
Saab, cuyas relaciones y negocios han pasado por América, Europa, África y Asia, ha sido investigado en Colombia, Ecuador o México. Investigaciones periodísticas como las de Armando.info también le vinculan desde hace años a una red de corrupción internacional a partir de sus contratos con el Estado venezolano, como los de los CLAP. Además, la acusación en Miami recoge, entre otras, presuntos sobornos a funcionarios entre 2011 y 2015 planeados desde EE. UU. con dinero que debía destinarse a construir viviendas.
Mientras tanto, la información contrastada y la desinformación ligada al Gobierno venezolano sobre Alex Saab se cruzan en las redes. Aunque por el camino “el poder político no quiere que haya prensa independiente” en el país, Cañizales cree que no va a cerrar los medios que quedan. También en su concepto, el periodismo de investigación vigente en Venezuela es valioso, pero tiene un impacto bastante limitado como para influir en la opinión pública: “Es el resultado de la política de hegemonía comunicacional de cercar a los medios, pero al mismo tiempo generando una situación de desconexión en la población”.
De acuerdo con el boletín de julio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, solo un 36,5% de los hogares del país tiene conexión fija a la red. Dentro de ese porcentaje, más de la mitad de los encuestados la califican de forma negativa. En cuanto a la telefonía móvil, un 42,7% señala que navega muy lento por internet, por un 35% que lo hace sin problemas.
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