Negociadores estadounidenses y rusos continúan pláticas para lograr extender un tratado para reducir la producción de armas nucleares.
El pacto llamado START-One fue firmado en 1991 y expiró el 5 de diciembre y ambos lados esperan llegar a un acuerdo para reanudarlo a finales de este mes.
El acuerdo es uno de los más complejos en la historia; su propósito es reducir la cantidad de armas nucleares que existen. El tratado de 1991 fue firmado por el presidente George H.W. Bush y el presidente Mijaíl Gorbachov y entró en efecto en 1994.
Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación para el Control de las Armas, una entidad de investigación privada, dice que ese tratado ayudó a que se terminara la Guerra Fría.
“Cortó las fuerzas nucleares estratégicas de los niveles de 1990, de cerca de 10.000 cabezas nucleares estratégicas desplegadas de cada uno, a unas 6.000 para el año 2001”, dijo Kimball. “Y estableció también una red extensiva y un sistema de inspecciones”.
En julio de este año, el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, acordaron trabajar en un tratado que continúe lo que comenzó el START-One.
Frank Miller, quien antes trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional, dice que Washington y Moscú tienen varias asperezas que tienen que limar, incluyendo diferencias en el área de inspecciones: Moscú quiere procedimientos de verificación más sutiles mientras que Washington quiere medidas más fuertes.
Una vez los dos lados lleguen a un acuerdo, el pacto debe ser aprobado por el senado estadounidense y el parlamento ruso. Y ese proceso, de acuerdo a expertos en el tema, puede durar meses.