Científicos estadounidenses están realizando pruebas con una herramienta que les permitiría diagnosticar daños cerebrales a profundidad, algo hasta ahora imposible de hacer.
Durante décadas se han buscado formas de examinar el cerebro de personas que han sufrido accidentes automovilísticos, de deportes o explosiones. La prueba con la que se está experimentando permitiría, tal como sucede con las radiografías, ver los huesos que han sido quebrados.
“Por primera vez tenemos la posibilidad de ver estas heridas antes invisibles. Si usted no puede ver o cuantificar el daño, es difícil tratarlo”, dijo Walter Schneider, de la Universidad de Pittsburgh, quien lideró las investigaciones experimentales.
Algunas víctimas de contusiones en la cabeza se quejan de pérdida de memoria o cambios de humor y al realizarse los exámenes, reflejan ningún problema en absoluto.
El nuevo procedimiento de MRI, que se realiza con un programa de computación especial, revisa las principales fibras, señalándolas en un color verde vivo, amarillo y púrpura para otras funciones. Los analistas indagan por discontinuidad en estas fibras, y cuando las encuentran, significa que algunos nervios no están realizando sus funciones.
La nueva herramienta promete una mirada mucho más cercana a las fibras nerviosas, dijo Rocco Armonda, neurocirujano del hospital militar Walter Reed.
“Es como comparar una pantalla en blanco y negro, borrosa, con un televisor de alta decisión”, añadió el doctor.