La campaña presidencial 2016 en Estados Unidos ha presentado desafíos inusuales a los periodistas y a los medios de prensa que la cubren.
Uno de los pilares del periodismo en Estados Unidos es el balance, pero controversiales declaraciones del candidato presidencial republicano Donald Trump y alegaciones de prejuicio liberal en la prensa a favor de su rival demócrata, Hillary Clinton, han generado debates transformando los reportes sobre la campaña en un tema de la elección.
La prensa se ha convertido en protagonista de la campaña presidencial 2016 y se debe principalmente a Donald Trump, dice Tom Rosentiel, del American Press Institute.
“Donald Trump en particular, y el Partido Republicano más en general, hicieron de la prensa un símbolo en la campaña al decir que la prensa era incompetente, que los perseguía, un nivel de crítica de la prensa que usualmente no vemos”, afirma.
Mientras los partidarios de Trump dicen que hay parcialidad en la prensa, los partidarios de Clinton han acusado a la prensa de “falso balance”, sugiriendo que cosas que ella ha dicho, presentadas como evidencia de que ella no es honesta, no son equivalentes a evidencia de que Donald Trump no es honesto.
Dori Toribio, es corresponsal en Washington de radio y televisión española RTVE, dice que ella no ve que los informes sean parcializados.
“Los medios critican a Donald Trump debido a lo que él es y lo que dice. No es debido a una parcialidad ideológica o política”.
Para Thomas Burr, del National Press Club, el trabajo del periodista es descifrar los hechos de la ficción.
“Eso es hacer el crítico y vital rol que un periodista tiene en una democracia, educar a los votantes y al público sobre lo que un candidato dice, ya sea verdadero o no”.
Al final, sin importar quien ingrese a la Casa Blanca en enero, ésta habrá sido una memorable e inusual campaña para los candidatos, pero también para los periodistas que la cubren.