México se prepara para entrar en la Fase 3 del brote de coronavirus, una etapa de rápido crecimiento del número de contagios en los que los hospitales del país podrían verse abrumados por la cantidad de enfermos y la insuficiencia de camas, ventiladores, y equipos de protección para los médicos.
Y en primera fila de esa arriesgada batalla, están los trabajadores médicos mexicanos. Están sumamente preocupados por los riesgos. Han protagonizado protestas exigiendo al gobierno que provea suficientes equipos de protección, como mascarillas y guantes. Y algunos han sido agredidos por personas que los acusan de contagiar a la población.
“Entrar con cada paciente es jugarte tu vida, ¿no?, porque no sabes si en ese momento te vas a contagiar o no”, explica Osvaldo Jiménez Hernández, un terapeuta respiratorio que tiene ya un mes de estar entubando a pacientes en la Unidad de COVID-19 de un hospital público de Ciudad de México.
Jiménez, de 28 años, dice que han tomado cuanta medida de protección sea posible para evitar ser infectados y posteriormente llevar el virus a sus hogares. Para evitarlo, se cambian de ropa y se bañan varias veces al día. Usan un par de zapatos en el hospital, otro en el traslado a casa y otro en sus hogares.
“Estamos pensando todo el tiempo, el miedo está las 24 horas. Bañarte tres veces al día, sales te bañas, te bañas en el trabajo, te cambias de ropa, te desinfectas todo el calzado, calzado en el hospital, calzado para el traslado, calzado para tu casa, todo el tiempo estas lavándote las manos”, explicó Jiménez. “Aproximadamente en una jornada, debes lavarte más de 120 veces la manos”.
La situación está a punto de tornarse más difícil pues en la Fase 3 es cuando se anticipa un rápido crecimiento del número de contagios que podría sobrepasar la capacidad de los hospitales. El gobierno le ha pedido al ejército mexicano que esté listo con hospitales de campaña en caso hagan falta las camas adicionales. También planea comprar 1.000 ventiladores mecánicos a Estados Unidos.
Aún así, explica Jiménez, el temor es el peligro que representa para su familia. Esto, mientras según él, la cúspide en México aún estaría a dos semanas. Hasta la fecha las autoridades sanitarias reportan más de 9.500 casos y más de 850 fallecidos.
“Desafortunadamente yo no he visto ningún paciente crítico de terapia intensiva que salga, ese es un dato aterrador, no, porque los pacientes llegan y no duran más de 12 días entubados”, explicó Jiménez.
Jiménez pide a la población que tome también medidas extremas para protegerse de un posible contagio, pues el brote de coronavirus no es algo que pueda tomarse a la ligera. Nunca se sabe quién puede pasar a engrosar las cifras de muertos.
“Hemos tomado medidas muy extremas en nuestra protección, y pues, yo les pido que hagan conciencia, que si no conocen ningún caso, ningún familiar, no esperen a que lleguen a eso, porque en verdad no se van a poder despedir de ellos si se ponen más graves”, afirmó.