El debate sobre si los medallistas olímpicos deberían pagar o no impuestos sobre sus premios en efectivo ha surgido de nuevo cuando, este miércoles 1 de agosto, el senador por Florida Marco Rubio afirmó que estos deportistas no deberían ser gravados con tasas.
El político republicano presentó un proyecto de ley para aplicar exenciones de impuestos a los medallistas estadounidenses, a los que se les otorgará una remuneración en efectivo por parte del Comité Olímpico de Estados Unidos.
Rubio afirmó que los Juegos Olímpicos son una competición única y que los participantes son voluntarios que representan al país, por lo que el triunfo cebe celebrarse y no gravarse.
Aquellos deportistas estadounidenses que obtengan una medalla de oro recibirán, por parte del comité, 25.000 dólares; los que consigan la de plata, 15.000; y los que ganen el bronce, 10.000.
Si no se otorgase este beneficio a los medallistas, el dinero recibido se gravaría con un 35% de impuestos, tanto por el valor físico de las medallas como por la bonificación en efectivo.
Desde las Olimpiadas de Seúl de 1988, cada país puede premiar a sus atletas por los triunfos olímpicos obtenidos; un premio que puede ayudarles en la financiación de su carrera. Canadá, por ejemplo, da un máximo de 20.000 dólares por el oro, Chile 65.000, Rusia 133.000 y una bonificación por zona geográfica, España 91.000 y Argentina 32.000.
Malasia es el país que mejor recompensa a sus deportistas, que obtienen 627.000 dólares por el oro; que, en el caso de haberse obtenido en bádminton, van acompañados de un lingote de oro que hace ascender la suma a 1,2 millones de dólares.
Alemania, por su parte, es una de las potencias que ofrece compensaciones más bajas a sus atletas, que rondan los 20.000 dólares. Grecia entrega incluso propiedades junto a una bonificación.
Algunos, sin embargo, no obtienen ninguna bonificación aparte de la medalla: es el caso de Gran Bretaña, a los que la casa de correos nacional ofrecerá una edición especial de estampillas como homenaje.
El político republicano presentó un proyecto de ley para aplicar exenciones de impuestos a los medallistas estadounidenses, a los que se les otorgará una remuneración en efectivo por parte del Comité Olímpico de Estados Unidos.
Rubio afirmó que los Juegos Olímpicos son una competición única y que los participantes son voluntarios que representan al país, por lo que el triunfo cebe celebrarse y no gravarse.
Si se gravasen las medallas,
los olímpicos estadounidenses tendrían que pagar un 35% de impuestos sobre los premios
Aquellos deportistas estadounidenses que obtengan una medalla de oro recibirán, por parte del comité, 25.000 dólares; los que consigan la de plata, 15.000; y los que ganen el bronce, 10.000.
Si no se otorgase este beneficio a los medallistas, el dinero recibido se gravaría con un 35% de impuestos, tanto por el valor físico de las medallas como por la bonificación en efectivo.
Desde las Olimpiadas de Seúl de 1988, cada país puede premiar a sus atletas por los triunfos olímpicos obtenidos; un premio que puede ayudarles en la financiación de su carrera. Canadá, por ejemplo, da un máximo de 20.000 dólares por el oro, Chile 65.000, Rusia 133.000 y una bonificación por zona geográfica, España 91.000 y Argentina 32.000.
Malasia es el país que mejor recompensa a sus deportistas, que obtienen 627.000 dólares por el oro; que, en el caso de haberse obtenido en bádminton, van acompañados de un lingote de oro que hace ascender la suma a 1,2 millones de dólares.
Alemania, por su parte, es una de las potencias que ofrece compensaciones más bajas a sus atletas, que rondan los 20.000 dólares. Grecia entrega incluso propiedades junto a una bonificación.
Algunos, sin embargo, no obtienen ninguna bonificación aparte de la medalla: es el caso de Gran Bretaña, a los que la casa de correos nacional ofrecerá una edición especial de estampillas como homenaje.