En un cambio histórico en Estados Unidos, el gobierno del presidente Barack Obama, permitió a dos estados del país legalizar la marihuana para uso recreativo.
Colorado y el estado de Washington aprobaron una serie de leyes que permiten el consumo de esta droga, sin necesidad de una prescripción médica, y el Departamento de Justicia, permitió los cambios.
La oficina federal anunció además una nueva aplicación de las leyes ya existentes relacionadas con cargos penales a quienes consuman marihuana, en un esfuerzo por evitar que las cárceles del país terminen sobrepobladas a causa de cargos menores.
La decisión es el primer precedente del gobierno estadounidense sobre cómo reaccionar ante el creciente movimiento de leyes más permisivas con el consumo de la marihuana.
“El anuncio de hoy demuestra la clase de visión política de la Casa Blanca que hemos estado buscando durante mucho tiempo”, dijo Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la organización Drug Policy Alliance, un grupo que presiona para legalizar la droga.
“Debo admitir que me esperaba una luz amarilla departe de la Casa Blanca. Pero esta luz se ve mucho más verdosa de lo que esperaba. La Casa Blanca está diciendo básicamente a Washington y Colorado: Proceda con precaución”, concluyó Nadelmann, en un comunicado.
La marihuana sigue siendo ilegal y fuertemente controlada por las leyes federales, aunque cerca de 20 estados, además de la capital de EE.UU., permiten el uso de la marihuana medicinal.
Sin embargo, “el margen de maniobra de estos estados se limitará, si Colorado y Washington demuestran que son incapaces de controlar la droga”, advirtió el Departamento de Justicia en un comunicado.
Cuarenta y dos por ciento de los estadounidenses de 12 años o más han consumido marihuana en algún momento, según una encuesta realizada en 2011 por la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental.
El presidente Obama y ex presidente George W. Bush, han reconocido públicamente que consumieron marihuana cuando eran jóvenes.
Colorado y el estado de Washington aprobaron una serie de leyes que permiten el consumo de esta droga, sin necesidad de una prescripción médica, y el Departamento de Justicia, permitió los cambios.
La oficina federal anunció además una nueva aplicación de las leyes ya existentes relacionadas con cargos penales a quienes consuman marihuana, en un esfuerzo por evitar que las cárceles del país terminen sobrepobladas a causa de cargos menores.
La decisión es el primer precedente del gobierno estadounidense sobre cómo reaccionar ante el creciente movimiento de leyes más permisivas con el consumo de la marihuana.
“El anuncio de hoy demuestra la clase de visión política de la Casa Blanca que hemos estado buscando durante mucho tiempo”, dijo Ethan Nadelmann, director ejecutivo de la organización Drug Policy Alliance, un grupo que presiona para legalizar la droga.
“Debo admitir que me esperaba una luz amarilla departe de la Casa Blanca. Pero esta luz se ve mucho más verdosa de lo que esperaba. La Casa Blanca está diciendo básicamente a Washington y Colorado: Proceda con precaución”, concluyó Nadelmann, en un comunicado.
La marihuana sigue siendo ilegal y fuertemente controlada por las leyes federales, aunque cerca de 20 estados, además de la capital de EE.UU., permiten el uso de la marihuana medicinal.
Sin embargo, “el margen de maniobra de estos estados se limitará, si Colorado y Washington demuestran que son incapaces de controlar la droga”, advirtió el Departamento de Justicia en un comunicado.
Cuarenta y dos por ciento de los estadounidenses de 12 años o más han consumido marihuana en algún momento, según una encuesta realizada en 2011 por la Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental.
El presidente Obama y ex presidente George W. Bush, han reconocido públicamente que consumieron marihuana cuando eran jóvenes.