Bajo la consignia “Luchemos por 15” miles de trabajadores realizaron manifestaciones en diversas ciudades del país para elevar sus voces a favor del aumento del salario mínimo, uno de los principales propósitos de las políticas del presidente Barack Obama.
Seattle: Jefe anuncia aumento para todos
Jefe anuncia aumento para todos
Bajo el movimiento para promover el aumento del salario mínimo, que crece día a día en EE.UU., el director de una empresa en Seattle, Washington decidió compartir sus ganancias y su propio salario para ofrecer mejores salarios a todos sus trabajadores.
Y es que para Dan Price, eljoven director general de Gravity Payments, una compañía que procesa tarjetas de crédito, el aumento del salario mínimo a $ 15 dólares por hora en Seattle no es suficiente. La iniciativa tiene como propósito elevar el salario de sus más de 100 empleados a por lo menos $ 70,000 dólares anuales en un periodo de tres años.
Para ello reducirá su propio salario de $ 1 millón de dólares y distribuirá mejor sus ganancias. De esa manera el empresario señala esperar generar mayor lealtad entre sus trabajadores y por consiguiente tener mejores empleados que puedan llevar una vida digna, en la que no tengan que elegir entre pagar el alquiler de su vivienda o las cuentas de teléfono o electricidad.
"Pienso que sencillamente esto es lo que merecen todos", dijo Price a los trabajadores a solo dos días que Seattle elevara el pago base por hora a $ 15 dólares lo cual se producirá de manera progresiva.
El estado de Washington tiene el salario mínimo más alto de la nación, en 9,47 dólares por hora.
Las protestas coincidieron con el día en que se vence el plazo para pagar los impuestos en Estados Unidos y fue declarado un día nacional de acción para aumentar el sueldo mínimo.
Actualmente el salario mínimo a nivel federal asciende a $7.25 dólares aunque en algunos estados más progresistas se ha logrado elevar esta cifra hasta $10 dólares por hora, en promedio, e incluso hasta $15 dólares en lugares como Portland, Oregon.
Las protestas empezaron en Chicago donde empleados de comida rápida se plantaron frente a un restaurante de la cadena McDonald’s, pero a lo largo del día se sumaron trabajadores de las diferentes industrias desde Nueva York hasta Los Ángeles.
El reclamo era el mismo en cada rincón del país: Un salario digno que permita vivir en Estados Unidos y alcanzar el verdadero sueño americano.
El presidente Barack Obama ha reiterado en muchas oportunidades su iniciativa en busca de elevar la calidad de vida de la clase media a través del aumento del salario mínimo, algo que el Congreso hasta el momento se ha rehusado a considerar.
La mayor oposición se encuentra en los dueños de negocios y grandes corporaciones que señalan que aumentar el salario mínimo los obligaría a cerrar sus establecimientos y/o se estancaría la contratación de personal para ocupar nuevos puestos de trabajo.
Seattle es uno de los lugares con el salario mínimo más alto ascendiendo a $9.47 por hora, pero los trabajadores también se han unido a las manifestaciones para formar una sola fuerza porque consideran que es el momento para lograr que el salario mínimo se eleve a $15 dólares por hora.
Los sindicatos a nivel nacional están a favor de esta política y trabajan en campañas para lograr su propósito.
El aumento del salario mínimo en la cadena de restaurantes de comida rápida de McDonald’s a $10 dólares por hora, a principios de abril, fue una clara muestra de que en la unión está la fuerza por lo que los trabajadores están optimistas en lograr un salario que les permita pagar sus cuentas y vivir con dignidad.
En Washington, DC, el presidente del sindicato internacional de trabajadores de limpieza y servicios SEIU, Mary Kay Henry señaló que “el logro de los empleados de McDonald’s demuestra que cuando están unidos pueden mejorar sus vidas y que no solo aplica a los trabajadores de comida rápida sino a todos profesores, trabajadores de Walmart, en centros de cuidado de niños, empleados de aeropuertos, todos han elevado sus voces y han construido un movimiento. Los trabajadores entran a esta lucha para mejorar sus vidas y no simplemente por una cuestión de anuncios sobre salarios”.