Estados Unidos suspendió los trámites regulares de su embajada en Nicaragua y está retirando algunos de sus diplomáticos debido a las violentas protestas en el país centroamericano.
El Departamento de Estado informó que está elevando el nivel de alerta para los estadounidenses en Nicaragua, y ha recomendado que reconsideren sus planes de viajar allá.
Los familiares de diplomáticos que trabajan en la embajada recibieron órdenes de salir del país hasta que mejore la situación. El Departamento de Estado dijo que funcionarios oficiales despachados a Nicaragua también están recibiendo órdenes de salir “caso por caso”.
La embajada estadounidense dejará de prestar servicios al público con excepción de emergencias, o por teléfono.
Decenas de personas han muerto en la última semana en protestas contra los cambios al sistema de Seguridad Social. El domingo por la noche, el presidente Daniel Ortega revocó los cambios.
Las protestas contra el presidente nicaragüense Daniel Ortega continúan este lunes, pese a que revocó la reforma del sistema de pensiones que detonó una ola de violentas protestas, saqueos y choques con la policía que dejaron al menos 25 muertos, entre ellos un periodista.
El Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), que ha sido aliado de Ortega en sus 11 años en el poder, mantuvo la convocatoria a una marcha contra el gobierno para este lunes, mientras los estudiantes que iniciaron las protestas insisten en que no cesarán su movimiento.
El domingo, Ortega buscó aplacar la furia de las calles revocando los aumentos en las contribuciones obreras y patronales al fondo de pensiones que administra el Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS).
Pero aunque el domingo por la noche decenas de nicaragüenses salieron a las calles a cantar el himno nacional y celebrar la revocación del decreto, la represión continuó cuando decenas de agentes policiales atacaron a estudiantes que permanecían la Universidad Politécnica de Nicaragua.
La violencia generó respuestas de consternación de la comunidad internacional, con llamados a la calma y al respeto de los derechos de manifestación de parte del Departamento de Estado de Estados Unidos, el papa Francisco, la Unión Europea, y México, entre otros.
De igual manera, el escritor y expolítico nicaragüense Sergio Ramírez dedicó el lunes el mayor galardón de las letras hispanas a los fallecidos en las protestas contra la reforma de la seguridad social en su país.
“Permítanme dedicar este premio a la memoria de los nicaragüenses que en los últimos días han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia, y a los miles de jóvenes que siguen luchando porque Nicaragua vuelva a ser república,” dijo Ramírez al recibir el Premio Cervantes de 2017 en la Universidad de Alcalá de Henares de manos del rey Felipe VI de España.
El ex vicepresidente, que lució un crespón en la solapa durante la ceremonia, fue premiado “por reflejar la viveza de la vida cotidiana convirtiendo la realidad en una obra de arte” en una variedad de géneros literarios, destacó el jurado.