El presidente Nicolás Maduro ordenó la apertura de un puente aéreo para facilitar el retorno al país de los venezolanos que han emigrado en los últimos meses debido a la crisis económica y social.
Durante un acto en el palacio de gobierno la noche del lunes, Maduro ordenó la activación de un plan social estatal que incluye esos vuelos “para apoyar a todos los venezolanos que quieran regresar”.
La cancillería venezolana expresó el lunes en una nota de prensa que el anuncio del mandatario se da en el “peor contexto de la historia de la xenofobia a la que han sido sometidos los venezolanos y venezolanas en países como Perú, Brasil, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina”.
En los últimos días, las autoridades han rechazado las informaciones difundidas en los medios sobre las migraciones masivas de venezolanos que huyen de la crisis y han asegurado que todo forma parte de una “operación internacional” para “abultar” las cifras de migrantes y justificar una “intervención militar” en Venezuela.
La declaración de Maduro coincidió con una reunión que iniciaron la víspera en Quito representantes de Argentina, Brasil, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Chile, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay para buscar soluciones regionales al éxodo masivo de venezolanos.
En ese contexto, Amnistía Internacional hizo un llamado a proteger los derechos humanos de los desplazados venezolanos.
En tanto, la Organización de Estados Americanos (OEA) fijó para el miércoles una sesión extraordinaria por la crisis migratoria venezolana en la sede del organismo en Washington.
Las autoridades locales reportaron la semana pasada el retorno al país de 89 venezolanos provenientes de Perú. Para facilitar su regreso el gobierno venezolano envió un avión a Lima.
Más de 2,3 millones de personas, un 7% de la población total de Venezuela, han dejado el país en los últimos tres años de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. La mayoría se ha refugiado en Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Venezuela enfrenta una compleja crisis económica y social agravada por una hiperinflación, la escasez de bienes y una severa recesión económica que se ha extendido por casi cinco años.
Para hacer frente a la crisis, Maduro inició el mes pasado un plan económico que implicó una reconversión monetaria, un aumento del salario mínimo en más de 3.000%, un incremento del Impuesto al Valor Agregado y un ajuste de los precios de la gasolina.
Pero analistas y opositores han advertido que el plan acelerará la inflación, que alcanzó en julio una tasa anualizada de 82.766% según estimaciones de congresistas opositores, y profundizará la paralización de la economía.