Venezuela está decidida a acabar con la violencia y la corrupción que han dejado a su paso contrabandistas colombianos que tratan de comercializar combustible y comida en las regiones fronterizas en el estado de Táchira.
Para ello el presidente Nicolás Maduro decretó "estado de excepción" por 60 días con la posibilidad de extenderlo por 60 días más y extendió el cierre parcial de la frontera con Colombia que originalmente finalizaba el sábado.
"Como parte de las medidas para restablecer el orden, la paz, la tranquilidad y la justicia, he decidido activar un estado de excepción constitucional en los municipios fronterizos Bolívar, Ureña, Junín, Libertad e Independencia", dijo Maduro en un acto transmitido por la televisión estatal VTV.
"Este decreto faculta ampliamente a las autoridades civiles y militares para restablecer la paz y la convivencia (...) Vayamos a extirpar profundamente estos tumores malignos que el paramilitarismo colombiano ha traído", agregó Maduro sin ahondar en el alcance de la medida.
Por lo pronto Maduro señaló que un contingente de 1.500 militares llegó el viernes a los poblados fronterizos para sumarse a los 500 que ya permanecían acuartelados en la zona.
Por su parte Colombia consideró inconveniente el cierre de la frontera, pero respetó la decisión del mandatario venezolano.
Defensores de los derechos humanos y líderes opositores han criticado los operativos, llevados a cabo por militares encapuchados y fuertemente armados, alegando que violan los derechos humanos.
