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Macron advierte que la ceremonia olímpica en el Sena podría cancelarse si los riesgos son muy altos


El río Sena se ve el jueves 28 de marzo de 2024 en París. El río acogerá la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 con barcos para cada delegación nacional.
El río Sena se ve el jueves 28 de marzo de 2024 en París. El río acogerá la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 con barcos para cada delegación nacional.

La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, planeada para que se realice a lo largo del río Sena, podría trasladarse al Estadio de Francia si la amenaza de seguridad se considera demasiado alta, dijo el presidente Emmanuel Macron.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo el lunes que la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París planeada en el río Sena podría trasladarse al Estadio de Francia si la amenaza de seguridad se considera demasiado alta.

Francia está bajo un alto nivel de alerta antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, que se espera reúnan a millones de visitantes al país.

Las preocupaciones de seguridad son especialmente altas para la excepcional ceremonia de inauguración, en la que varios barcos llevarán a los deportistas por el Sena para un recorrido de 6 kilómetros (3,7 millas), ante la mirada de grandes multitudes de espectadores en las orillas.

En declaraciones a los medios franceses BFM-TV y RMC, Macron dijo que habrá un despliegue excepcional de las fuerzas de seguridad galas para el evento al aire libre.

“Pero si creemos que hay riesgos, dependiendo de nuestro análisis del contexto, tenemos planes de respaldo”, dijo Macron. “Hay planes B y planes C”.

El evento del 26 de julio sería la primera ceremonia olímpica de apertura celebrada fuera de un estadio. Unos 10.500 deportistas recorrerían el corazón de la capital francesa en embarcaciones por el Sena, en una ruta hasta el Trocadero.

Para limitar los riesgos de seguridad, Macron dijo que los organizadores podrían abreviar el itinerario por el Sena e incluso “repatriar la ceremonia al Estadio de Francia” para un evento inaugural más convencional.

Los organizadores habían planeado en un principio una grandiosa ceremonia de apertura para hasta 600.000 personas, la mayoría de las cuales lo vería gratis desde las riberas. Pero cuestiones logísticas y de seguridad han hecho que el gobierno haya ido rebajando esas aspiraciones. El número total de espectadores en vivo se redujo este año a unos 300.000.

El gobierno francés también decidió que los turistas no tendrían acceso gratuito para ver la ceremonia de apertura por motivos de seguridad. El acceso gratuito será sólo por invitación.

Macron insistió en que por ahora los planes de la ceremonia se mantienen.

“Es una pionera global. Podemos hacerlo y lo haremos”, dijo el presidente.

Francia ha sufrido reiterados ataques letales del grupo Estado Islámico, como la masacre de 2015 en el teatro Bataclan, donde los extremistas abrieron fuego contra los asistentes a un concierto y retuvieron rehenes durante horas. Las tropas francesas también han combatido contra extremistas islámicos en Oriente Medio y África.

El gobierno francés incrementó su alerta de seguridad el mes pasado al nivel más alto tras el atentado mortal a una sala de conciertos en Rusia, que fue reivindicado por EI.

Macron dijo que se instalarían perímetros de seguridad “días, incluso semanas” antes de la ceremonia de apertura. Añadió que el tráfico rodado en la zona de alta seguridad quedaría paralizado y que las autoridades francesas emplearían “sistemas de drones, programación, ciberseguridad” en sus labores de prevención.

Respondiendo a una espectadora que expresó sus reparos a que su hijo asistiera a la ceremonia de inauguración, Macron dijo que “si hay un lugar donde su hijo estará seguro, es allí”.

“Siempre hay riesgos en la vida”, dijo. “Y por desgracia lo vemos a diario. Pero nos hemos otorgado los medios de hacerlo”.

En la entrevista de una hora, Macron también dijo que quería “hacer todo lo posible por tener una tregua olímpica” durante la cita de París, ante el riesgo de un conflicto creciente en Oriente Medio; la guerra de Rusia en Ucrania, que ya está en su tercer año, y la situación en Sudán, donde crece la perspectiva de un gran desastre de inanición y muertes tras un año de combates.

La tregua olímpica es una versión moderna de la antigua tradición griega de garantizar que las ciudades estado enfrentadas permitían el paso seguro a los deportistas para asistir a los juegos. Cada dos años, el país anfitrión de la siguiente edición propone una resolución de Naciones Unidas que otros países miembros pueden apoyar.

“Queremos trabajar hacia una tregua olímpica y creo que es una ocasión para que yo trate con muchos de nuestros socios”, comentó Macron, que dijo que pediría al líder chino Xi Jinping que se sume y utilice su influencia.

“El presidente chino viene a París en unas pocas semanas, y le voy a pedir que me ayude”, dijo Macron. “Este es un momento diplomático de paz”.

Macron también respaldó la decisión de permitir que los deportistas rusos compitan en los Juegos Olímpicos pese a la invasión ucraniana, aunque bajo una bandera neutral. También defendió la participación de deportistas israelíes bajo la bandera de su país pese a su ofensiva en Gaza, en la que 33.000 palestinos han muerto y cientos de miles se han vistos desplazados.

“No podemos decir que Israel esté atacando”, dijo Macron. “Israel fue una víctima de un ataque terrorista al que ahora está respondiendo en Gaza”.

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