Mientras el lento crecimiento económico y el alto nivel de desempleo sigue afectando a Estados Unidos y otras partes del mundo, los economistas dicen que muchos de los ricos del mundo siguen haciendo grandes compras en tiendas de diseño, aunque la economía mundial también ha afectado a la industria del lujo al por menor.
Tiendas de lujo
En el corazón de Beverly Hills, los turistas y los ricos van a Rodeo Drive, una calle famosa por sus diseñadores de marca y tiendas de alto precio. Es el lugar donde C.C. Hong y su familia pasan su última semana en Estados Unidos, antes de regresar a Malasia. “Creemos que es un buen momento para comprar ahora”, dice.
Hong dice que el valor relativamente bajo del dólar ha abaratado el costo de los productos en Estados Unidos en comparación con Malasia. Ella acaba de comprar un bolso Coach de edición limitada y asegura que fue una ganga. “Cerca de $650 dólares estadounidenses”, dice. “En casa probablemente cueste el doble”.
“Este ha sido uno de los pocos puntos positivos de la economía, principalmente porque son los consumidores ricos los que gastan en este segmento del comercio minorista”, dice el economista Armen Bedroussian, que integra el centro de investigación Milken Institute en California.
Lo mismo no ocurrió durante la crisis económica mundial, cuando los ricos dejaron de gastar tanto. El diseñador de modas Pol Atteu de Beverly Hills tuvo que despedir a todos sus trabajadores en ese entonces. “En ese entonces tenía a más de 35 personas trabajando para mí. Era el vendedor número uno en Saks Fifth Avenue y vendía a Neiman Marcus”, cuenta.
Cuando estas tiendas de lujo sufrieron el golpe de la crisis en 2008, la relación de Atteu con Saks y Neiman terminó.
“Si miras a tiendas de lujo como Saks Fifth Avenue, Neiman Marcus, Nordstrom, ese tipo de minoristas, sintieron un golpe muy grande porque gran parte de su mercado estaba integrado por los que aspiran a ser ricos, los que realmente ahorran e intentan comprar algo que es un gran mimo para ellos”, explicó David Winter, del Luxury Marketing Council.
Winter dijo que los compradores de ítems de lujo están empezando a gastar de nuevo, aunque para empezar, los ultra-ricos en el mundo no fueron afectados por las economías más débiles.
Oferta y demanda
“Estamos observando que todos los meses parece haber más interés por proyectos más y más grandes”, dice Jamie Adler, de Phyllis Morris, una empresa que diseña, fabrica y vende muebles de lujo.
“Nuestras camas a partir de $20.000 dólares pueden subir a $60.000 o $70.000, dependiendo de los acabados, el tamaño de la cama, las telas, los detalles”, añade.
Adler dice que a pesar de que sus clientes en Estados Unidos dejaron de gastar en 2008, su negocio en el extranjero ha crecido. “Creo que el dólar se volvió más atractivo y realmente creo que Internet dio visibilidad a los productos hechos en Estados Unidos en todo el mundo”, afirma.
“Los minoristas de lujo, incluso cuando no les va bien en Europa y en Estados Unidos, les va muy bien” en Rusia, India, China y Brasil, los países del BRIC, asegura Winter.
Winter dice que los ultra-ricos incluso se están beneficiando de la recesión económica. Y no sólo comprando ropa de diseñadores. También están invirtiendo en bienes de raíces baratos. “Es la gente muy rica que compra con dinero en efectivo (…)”, dice. “Los ricos se están haciendo más ricos”.
C.C. Hong de Malasia no está sólo de compras en Rodeo Drive. También viajó a Estados Unidos para buscar oportunidades de invertir en bienes raíces.