El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, aseguró desde Luisiana que la ayuda federal desembolsada, hasta ahora, alcanza los 127 millones de dólares.
Recursos que según el mandatario estadounidense, son fundamentales para garantizar alquileres temporales a los que han tenido que dejar sus casas, reparaciones esenciales y pagos a los seguros ante inundaciones.
La Cruz Roja estima que este desastre natural es el peor en EE.UU. desde el huracán Sandy en 2012, y que serán necesarios unos 30 millones de dólares para afrontar las tareas de recuperación.
Hasta el momento, la Cruz Roja ha recibido donaciones que suman aproximadamente 7,8 millones de dólares y Obama enfatizó que son necesarios más recursos y más voluntarios, porque la asistencia del Gobierno federal por sí sola no es suficiente.
Las inundaciones en Luisiana han dañado más de 60.000 viviendas y han llevado a más de 100.000 hogares a solicitar asistencia a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Obama aprobó la semana pasada el desembolso de fondos federales para responder al desastre en Luisiana y sus asesores le informaron periódicamente de la situación durante sus vacaciones en la isla de Martha's Vineyard (Massachusetts), que concluyeron el domingo.