Cuando el multimillonario dueño de Amazon y de diario The Washington Post, Jeff Bezos, canceló un acuerdo del equipo editorial de apoyar a la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, en las elecciones del 5 de noviembre, se desató un torbellino dentro del periódico de referencia de la capital de Estados Unidos y un aluvión de críticas externas que amenaza las suscripciones.
Este rotativo, cercano a los centros de poder político en Washington, D.C. y con una marcada trayectoria desde su fundación en 1887, sostuvo que su decisión lo llevaría de vuelta a la neutralidad, pero en diferentes círculos se cuestiona la medida.
“The Washington Post no respaldará a ningún candidato presidencial en estas elecciones. Ni en ninguna elección presidencial futura”, dijo el editor, Will Lewis, en un comunicado, el viernes. “Estamos volviendo a nuestras raíces de no respaldar a los candidatos presidenciales”.
Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas AS/COA, un centro de análisis en Washington, dijo a la Voz de América que lo sorprendió la noticia y que tal decisión -que es también de otros medios de tradición a nivel nacional- tiene varias interpretaciones y rechazos para quienes esperaban los apoyos a la candidata demócrata.
“Esto no significa que los periódicos estén apoyando repentinamente a Donald Trump; no es así. Sólo que algunos creen, desde el lado empresarial, que no hay ningún beneficio particular en meterse en el debate cuando los temas están tan totalmente polarizados políticamente”, opinó Farnsworth.
Y puso en contexto que los apoyos a determinados candidatos en elecciones pasadas no implicaron ningún cambio en la línea editorial porque “sus opiniones editoriales ya son bien conocidas y cuando sus respectivos apoyos no marcarían ninguna diferencia perceptible en el resultado de la elección presidencial”.
La posición del rendido
El analista Michael Shifter, profesor adjunto del Centro de Estudios para América Latina en la Universidad de Georgetown, consideró en declaraciones a la VOA, que la decisión del Post tiene implicaciones “preocupantes”.
A su criterio no podría entenderse la decisión del propietario del periódico, Jeff Bezos, “de otra manera que en una rendición ante las posibles presiones que podrían resultar de una eventual administración Trump”.
Shifter coincide con otros analistas que la posición refleja “el miedo y falta de valentía de algunos medios importantes, reflejada en el temor a los posibles castigos que Trump puediera aplicarles”, apuntó.
Las redes sociales se convirtieron este fin de semana en trinchera para posicionarse sobre el asunto mientras la contienda electoral se encamina a la recta final.
La exembajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Susan Rice, quien trabajó además como asesora de la administración del presidente Joe Biden en política exterior, se adelantó a calificar la decisión del propietario del Post como “hipócrita”.
“Este es el movimiento más hipócrita y cobarde de una publicación que se supone que debe hacer que la gente en el poder rinda cuentas”, dijo en las redes sociales y fue citada por medios estadounidenses.
Turbulencia a bordo
La sala de redacción de el Post se vio sacudida desde el viernes con renuncias inesperadas por el paso dado por la dirección y las penalidades tocaban el bolsillo del periódico el fin de semana, con cancelaciones de suscripciones, más de 2.000 en la primera jornada y para el lunes por la noche se estimaba que el retiro de suscriptores ascendía a los 200.ooo.
“El efecto sobre el ánimo del personal del Washington Post ha sido devastador”, dijo Shifter a VOA y medios de comunicación estadounidenses han dado algunas pistas sobre la turbulencia a bordo.
El efecto comenzó la mañana del viernes cuando el editor jefe hizo el anuncio al personal y trascendió luego hacia fuera. El editor de la sección editorial, David Shipley, advirtió que habría “fuertes reacciones en todo el departamento”.
Dicho y hecho, el editor general de Opinión del rotativo, Robert Kagan, renunció la misma tarde dejando palabras que expresan frustración por el rumbo tomado.
Kagan, citado por CNN dijo que la decisión no era otra cosa que una apuesta de Bezos para “ganarse el favor de Donald Trump en previsión de una posible victoria”.
Y agregó que el candidato republicano tiene “amenazado con ir tras el negocio de Bezos. Bezos dirige una de las empresas más grandes de Estados Unidos. Tienen relaciones tremendamente intrincadas con el gobierno federal. Dependen del gobierno federal”, agregó.
El exeditor ejecutivo del Washington Post Martin “Marty” Baron, quien dirigió la cobertura del periódico sobre el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio, que ganó un Premio Pulitzar, se sumó a las críticas y declaró que se trata de “una cobardía con la democracia como víctima”.
Marty advirtió que la postura de el Post y la de otros medios generaría un incentivo para “intimidar aún más al propietario Jeff Bezos y a otros” dueños de medios lo que a vista del público resulta en una “inquietante falta de carácter en una institución famosa por su valentía”, apuntó en redes sociales.
Dentro de la sala de redacción un grupo de 13 columnistas del periódico calificaron más tarde en un comunicado conjunto que la postura tomada es un “terrible error” y que representaría “un abandono de las convicciones editoriales fundamentales del periódico” amparadas en su larga trayectoria de más de un siglo.
El sindicato que aglutina a los trabajadores del medio difundió también su postura de “profunda preocupación” por la trascendencia de una decisión tomada cuando queda una semana para una elección “inmensamente importante”.
Sismos en otros medios en todo el país
Las últimas generaciones de estadounidenses se han acostumbrado a ver los apoyos declarados desde las directrices de grandes medios de comunicación en todo el país, hacia cualquiera de las fórmulas presidenciales en contienda, sin que ello haya generado un conflicto en la cobertura de las elecciones.
Una práctica distinta a los países latinoamericanos, donde no se acostumbra sentar postura sobre por qué apoyar a un candidato y no a otro abiertamente.
En días recientes otro periódico de referencia en la costa este, Los Ángeles Times, también experimentó un sismo que llevó a la renuncia inmediata de tres miembros del consejo editorial, por la negativa del medio de negarse endosar a uno de los candidatos.
El propietario del medio, Patrick Soon-Shiong, frenó el respaldo a Kamala Harris que tenía redactado la mesa editorial.
Uno de los grupos de inversión que impulsó directrices para las contiendas electorales fue McClatchy & Alden Global Capital, que aglutina a cientos de periódicos en todo EEUU, en los que se ha dicho que se pone “fin a la practica” de endosar a candidatos.
Sin embargo, se mantiene la postura del influyente New York Times, que a principios de este año afirmó que no apoyaría más a candidatos en elecciones locales, pero que al oficializarse la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris para ocupar la Casa Blanca, declaró su apoyo a la fórmula demócrata por considerar que es la "única opción patriótica para presidente".
Otros medios de referencia también salieron en posición contraria al Washington Post como el Philadelphia Enquirer, que el viernes reciente declaró su respaldo a Harris aduciendo que “Nunca ha habido una elección presidencial más importante en nuestra vida. El camino a la Casa Blanca puede pasar por Pensilvania y cada voto cuenta”.
También se sumó el Houston Chronicle de la pujante ciudad tejana en respaldar a la candidata demócrata bajo el argumento que “creemos que Trump no es apto para un segundo mandato en la Casa Blanca y por qué este consejo editorial respalda a Kamala Harris como presidenta de los Estados Unidos”.
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