Hace treinta años, decenas de periodistas africanos se reunieron en una conferencia en la entonces nueva nación de Namibia para elaborar estrategias sobre cómo servir mejor al público y minimizar los riesgos de sus trabajos.
"En África hoy... en muchos países los periodistas y editores son víctimas de la represión: son asesinados, arrestados, detenidos y censurados", escribieron los periodistas en un documento que denunciaba los controles gubernamentales y las presiones económicas y políticas.
Su Declaración de Windhoek pedía apoyo de "una prensa independiente, pluralista y libre".
"Ayudó a allanar el camino para una prensa más libre en el continente, y ciertamente, creo, también una aceptación más amplia del fenómeno de la prensa libre e independiente", dijo Gwen Lister, una periodista namibia que copresidió esa reunión, le dijo a la VOA.
Lister sirvió como "campeón" para el evento del 2021, que puso en marcha una actualización del documento, la Declaración de Windhoek + 30 aborda los nuevos y continuos desafíos: viabilidad económica de los medios de comunicación independientes, la competencia de las plataformas de medios sociales que comparten pero no verifican la información, la educación mediática y la seguridad de los periodistas.
“Eso fue realmente importante, si se quiere, para África", dijo Lister, sugiriendo que se incluyó en la selección del país para la conferencia inicial." Además, Sudáfrica estaba saliendo de la era del apartheid ... La mayoría de los gobiernos del continente controlaban tanto los medios impresos como la radio”.
La mayoría de los periodistas reunidos trabajaban en prensa escrita y por lo menos algunos se preparaban para lanzar medios de comunicación independientes “incluso en la cara de los gobiernos hostiles”, dijo Lister.
La conferencia de Windhoek de esta semana, al igual que la original, fue organizada por UNESCO y el gobierno de Namibia.
El respaldo del país "muestra un compromiso con los valores de la democracia y la transparencia", dijo la ministra de Información del estado, Peya Mushelenga, en una entrevista el mes pasado con Toivo Ndjebela, editor del diario Namibian Sun y co-campeón de la conferencia de Lister.
Mushelenga dijo que Namibia premia la libertad de expresión y valora el periodismo por su función de informar al público. “No tomamos a los medios como adversarios”, le dijo a Ndjebela.
Namibia ocupa el mejor lugar entre los países africanos y el puesto 24 entre las 180 naciones de todo el mundo encuestadas por el organismo de defensa de medios, Reporteros sin Fronteras.
Pero, como señaló Lister, la libertad de prensa es "una lucha que nunca se gana por completo".
Instantáneas del panorama mediático de África subrayan su punto.
- En Burkina Faso, los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile fueron asesinados el 27 de abril por hombres armados mientras trabajaban en un documental contra la caza furtiva (una tercera víctima, Rory Young de Irlanda, dirigió la organización sin fines de lucro Fundación Chengeta Wildlife Program.)
Beriain y Fraile se sumaron al número de periodistas muertos en el trabajo de la UNESCO, lo que eleva el total a 1.452 muertes registradas en todo el mundo desde 1993. En lo que va de año, se han reportado 17.
- En Kenia, Mariel Muller, corresponsal para la emisora pública alemana Deutsche Welle (DW), fue alcanzado dos veces por botes de gas lacrimógeno disparados por la policía mientras cubría una protesta en Nairobi por las restricciones del COVID-19 el 1 de mayo. La organización de noticias ha escrito a las autoridades de Kenia para exigir una explicación.
- En Zimbabwe , el reportero de investigación Hopewell Chin'ono ha sido arrestado tres veces desde julio, la más reciente en enero por supuestamente "comunicar falsedades" sobre la supuesta violencia policial. El tribunal superior del país desestimó ese cargo el 28 de abril, diciendo que carecía de fundamento legal. Chin'ono había sido acusado anteriormente de incitar a la violencia por respaldar protestas contra el gobierno y por obstruir la justicia. Ha criticado ferozmente a la administración del presidente Emmerson Mnangagwa, alegando corrupción y violaciones de derechos humanos que el gobierno niega.
- En Angola, el editor de Chela Press, Francisco Rasgado, enfrentó cargos penales de difamación por una publicación de Facebook en julio pasado que acusaba al entonces gobernador de la provincia de Benguela, Rui Falcoa, de soborno. Falcoa, ahora secretaria de información del partido gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Angola, solicitó aproximadamente 1,5 millones de dólares en daños. Rasgado también podría ser condenado a al menos seis meses de prisión si fuera declarado culpable. En cambio, un tribunal de primera instancia lo absolvió, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
La pandemia
El COVID-19 ha agregado otra capa de dificultad, con precauciones de seguridad que restringen la movilidad y limitan los informes sobre el terreno. La desaceleración económica mundial ha provocado "cierres de medios, despidos, licencias y recortes salariales", informó en marzo la revista de periodismo Columbia Journalism Review y señaló que el impacto varía según el país, pero sigue siendo una persistente "crisis mundial de los medios".
Epifania Fernandes, periodista del periódico O Democrata en Guinea-Bissau, dijo a la VOA que “a veces la agencia no puede pagar los salarios durante tres o cuatro meses. Sin embargo, es comprensible por las dificultades que atraviesa”.
Se necesitarán diferentes enfoques para garantizar la vitalidad del periodismo al servicio del público, dijo Guy Berger, director de libertad de expresión y desarrollo de los medios de la UNESCO.
Berger, ex periodista sudafricano que también ha dirigido la escuela de periodismo de la Universidad de Rhodes en la provincia de Eastern Cape, agregó que los jóvenes que ingresan al periodismo “realmente tienen que ser actores al tratar de experimentar con nuevos modelos”.
“En este momento, la gente que cargan con los costos de hacer periodismo no son los que se benefician de ello ", dijo Berger. Sugirió “el uso de recursos públicos para apoyar el periodismo de una manera que no corrompa el periodismo".
La Declaración de Winddhoek +30 insta a una distribución justa y transparente de los fondos públicos destinados a los medios de comunicación.
El documento ofrece otras 16 recomendaciones, comenzando por pedir a los gobiernos que "se comprometan a crear un entorno propicio positivo para la libertad de expresión y el acceso a la información..." pasos para que la UNESCO y otras agencias intergubernamentales, empresas de tecnología, periodistas y otros apoyen la información como un bien público.
Las encuestas realizadas por organizaciones como el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo muestran una erosión de la confianza del público en los medios de comunicación. Es por eso que la alfabetización mediática y la capacitación tiene que ser parte de ese esfuerzo, dijo Lister.
[João Marcos en Angola y Lassana Cassamá en Guinea-Bissau, ambos para VOA Portugués, y Columbus Mavunga en Zimbabwe contribuyeron a este informe]