Las fuerzas armadas llevan a cabo este lunes un operativo militar de seguridad en el Líbano tras la ola de violencia que sacude al país y difundieron un desacostumbrada declaración en la que instan a los líderes políticos a restablecer la calma en toda la nación.
Desde que el viernes el general Wissam al-Hassan, jefe de los servicios de inteligencia libaneses, fue muerto en un atentado con un coche bomba en Beirut, se han desencadenado choques entre fuerzas del gobierno, milicias y manifestantes.
“La tensión en algunas áreas está aumentando a niveles sin precedentes”, dice la declaración difundida por los militares, que apelaron a los líderes de todas las facciones políticas a no incitar a la violencia porque “la seguridad del país está en peligro”.
Durante la noche los enfrentamientos sectarios causaron al menos siete muertos, y los soldados han intercambiado disparos con grupos armados, incluso en el sur de Beirut, adonde fueron enviadas patrullas con orden de detener a quienquiera que fomente la violencia.
También ha habido incidentes en la ciudad portuaria de Trípoli, en el norte del país, donde se registraron enfrentamientos con fuego de fusiles y lanzagranadas y se reportaron al menos tres personas muertas y más de veinte heridas la noche del domingo.
La oposición libanesa culpa al régimen sirio del presidente Bashar al-Assad de estar tras la muerte del general al-Hassan, un sunita adversario de la influencia siria en el país y de su aliado libanés, el grupo islamista chiita Hezbolá.
Desde que el viernes el general Wissam al-Hassan, jefe de los servicios de inteligencia libaneses, fue muerto en un atentado con un coche bomba en Beirut, se han desencadenado choques entre fuerzas del gobierno, milicias y manifestantes.
“La tensión en algunas áreas está aumentando a niveles sin precedentes”, dice la declaración difundida por los militares, que apelaron a los líderes de todas las facciones políticas a no incitar a la violencia porque “la seguridad del país está en peligro”.
Durante la noche los enfrentamientos sectarios causaron al menos siete muertos, y los soldados han intercambiado disparos con grupos armados, incluso en el sur de Beirut, adonde fueron enviadas patrullas con orden de detener a quienquiera que fomente la violencia.
También ha habido incidentes en la ciudad portuaria de Trípoli, en el norte del país, donde se registraron enfrentamientos con fuego de fusiles y lanzagranadas y se reportaron al menos tres personas muertas y más de veinte heridas la noche del domingo.
La oposición libanesa culpa al régimen sirio del presidente Bashar al-Assad de estar tras la muerte del general al-Hassan, un sunita adversario de la influencia siria en el país y de su aliado libanés, el grupo islamista chiita Hezbolá.