El gobernador de Carolina del Norte, Pat McRory, ha respondido a una intensa crítica a la llamada “ley del baño” firmando una orden ejecutiva que altera partes clave de la medida pero deja en efecto sus elementos más controversiales.
La orden ejecutiva permite a los negocios en el estado establecer sus propias políticas en relación al uso de baños y vestuarios para personas trangéneros y restaura algunas de las políticas de igualdad en el empleo y derechos de demandar por discriminación.
La orden firmada el martes no cambia la parte más controversial de la ley, que estipula que los baños y vestuarios en escuelas públicas, agencias y universidades deben ser dignados para uso solo por personas basadas en su sexo biológico al momento del nacimiento.
Las personas transgénero solo podrán usar los baños equivalentes a la identidad de su género preferido si tienen su certificado legal cambiado para reflejar su transición de hombre a mujer o viceversa.
La medida tuvo lugar cuando el debate en Estados Unidos sobre diferencias entre creencias religiosas y derechos individuales no muestra señales de ceder.
Leyes consideradas como discriminatorias contra los derechos de la comunidad LGBT en varios estados sureños han generado protestas y amenazas de boicot de empresas y artistas, al igual que contramanifestaciones por parte de conservadores.