El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, presenta este jueves una nueva versión de la ley de salud que debería sustituir la ley actual conocida como Obamacare, intentando someterla a una votación decisiva y sin margen de error la próxima semana.
“Va a ser una prueba a nuestra capacidad de aceptarla, aunque no es perfecta”, dijo el senador por Texas, John Cornyn, número dos en liderazgo republicano.
El presidente Donald Trump puso presión adicional el miércoles cuando dijo en una entrevista con la cadena de televisión cristiana CBN, que se “enojará mucho” si la medida no es aprobada.
Como los demócratas se mantienen unidos en contra del esfuerzo, McConnell necesita los votos de 50 de los 52 senadores republicanos para poder aprobar la medida.
Se espera que el nuevo proyecto ofrezca solo modestas diferencias respecto a la versión original que McConnell tuvo que retirar hace dos semanas para evitar una derrota segura.
Los elementos principales siguen siendo la moderación en los requerimientos demandados a los aseguradores; los recortes al programa Medicaid que atiende a los pobres, los incapacitados y los pacientes en los hospicios; la eliminación de las penalidades a las personas que no adquieren seguro; y subsidios menos generosos.
El nuevo paquete elimina los aumentos de impuestos que el Obamacare imponía la industria de los cuidados a la salud, pero mantendría los impuestos a los ricos y usaría esas entradas para cubrir el seguro de los más pobres, proveería fondos para la lucha contra la epidemia de opioides y daría dinero extra a algunos hospitales que no usaron el Obamacare para expandir el Medicaid.
El senador por Kentucky, Rand Paul, un seguro “no” en la votación, dijo a los reporteros que la medida revisada no tiene nada “que se parezca remotamente a una revocación” del Obamacare como han prometido Trump y los republicanos.
La senadora por Maine, Susan Collins, otra de las opositoras al proyecto, ha dicho que no votará a favor si los recortes al Medicaid se mantienen porque la medida quitaría cobertura a millones de personas.
Además de Paul y Collins, al menos otros tres senadores republicanos —Ted Cruz de Texas, Mike lee de Utah y Tim Scott de Carolina del Sur—han dicho públicamente que no han tomado todavía una decisión para respaldar la iniciativa.