Dominante y arrollador. Así jugó LeBron James en su regreso a Cleveland para enfrentar a su ex equipo, los Cavaliers.
Con 38 puntos, para una victoria por 118 a 90, James lideró a los Heat de Miami e hizo bajar los carteles que lo tildaban de “traidor” y “mentiroso”.
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Fue un retorno que la NBA utilizó muy bien para relanzar el siempre electrizante espectáculo de los partidos de básquetbol de la liga más competitiva y famosa del mundo.
El mejor básquetbol del planeta ofreció nuevamente un show a la altura de una millonaria audiencia televisiva. Un estadio lleno, una presentación desbordante de dramatismo y LeBron James haciendo lo suyo, jugando al básquetbol.
James dijo que el encuentro frente a los Cavaliers no lo tomaba como algo personal, pero cuando lideró una ofensiva de 16 a 0 en el primer cuarto, el mensaje a los mismos fanáticos que antes lo llaman “Rey” y esta vez lo insultaban, fue claro.
"Tengo el mayor respeto por este equipo, el mayor respeto por estos fanáticos", dijo James después del partido, aunque muchos se quejaron por la sonrisa en su rostro cuando las cosas comenzaron a salir bien y “los tres grandes” del Heat, LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, comenzaron a arrollar a los Cavaliers.
"Vinimos aquí con un objetivo y ése era ganar un partido de básquetbol, y lo logramos", dijo LeBron James. Y además ganaron de una manera incontestable. "Este fue nuestro partido más completo de la temporada, de principio a fin" agregó.
"Jugó excelente", dijo el entrenador de los Cavaliers, Byron Scott, al final del partido, "tan simple como eso".
El partido fue el primero de James en la ciudad donde jugó siete temporadas hasta que decidió partir como agente libre, en un cambio que enfadó a los aficionados que lo consideraban una propiedad del equipo y de la ciudad.