Representantes del presidente Joe Biden y de los republicanos del Congreso pusieron fin el martes a otra ronda de conversaciones sobre el techo de la deuda sin señales de avance, a días de la fecha límite para elevar el límite de endeudamiento del Gobierno, de 31,4 billones de dólares, o correr el riesgo de caer en suspensión de pagos.
Ambos partidos siguen profundamente divididos sobre cómo frenar el déficit federal, con los demócratas argumentando que los estadounidenses ricos y las empresas deben pagar más impuestos, mientras que los republicanos quieren recortes del gasto.
Los negociadores se reunieron durante unas dos horas y se marcharon sin hacer comentarios sustanciales a los medios de comunicación.
"Tuvimos muy buenas discusiones", dijo el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, a los periodistas.
El Departamento del Tesoro ha advertido que el Gobierno federal podría dejar de tener dinero suficiente para pagar todas sus facturas a partir del 1 de junio, lo que provocaría un impago que golpearía a la economía estadounidense y elevaría los costos de los préstamos.
Las partes siguen sin ponerse de acuerdo sobre el gasto y no está claro cuándo se reanudarán las conversaciones, dijo el republicano Patrick McHenry, que preside el Comité de Finanzas de la Cámara de Representantes.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, calificó las conversaciones de "increíblemente duras".
"Ambas partes tienen que entender que no van a conseguir todo lo que quieren", dijo Jean-Pierre. "Y estamos intentando llegar a un presupuesto que sea razonable, que sea bipartidista, que demócratas y republicanos de la Cámara y el Senado puedan votar y con el que estén de acuerdo".
La falta de avances claros siguió pesando en Wall Street, con la bolsa cayendo con fuerza y los mercados mundiales en vilo.
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