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La economía en EEUU: ¿qué hereda Donald Trump?


El presidente Donald Trump firma documentos en la Sala Presidencial luego de la 60.ª ceremonia inaugural el 20 de enero de 2025 en el Capitolio de los Estados Unidos, en Washington.
El presidente Donald Trump firma documentos en la Sala Presidencial luego de la 60.ª ceremonia inaugural el 20 de enero de 2025 en el Capitolio de los Estados Unidos, en Washington.

¿Cuál es el legado económico que le deja la gestión de Joe Biden al presidente Donald Trump? Léalo aquí.

Los votantes estadounidenses dieron prioridad a la economía en las elecciones de 2024, lo que llevó a Donald Trump de regreso a la Casa Blanca. Pero ¿qué legado económico le está dejando Joe Biden a la nueva administración?

“Es la economía, estúpido”. Estas famosas palabras, acuñadas por el estratega político James Carville, se han convertido en sinónimo de éxito electoral en Estados Unidos desde 1992.

A pesar de la creciente influencia de cuestiones como la inmigración, el cambio climático y la política exterior, muchos votantes todavía priorizan los factores económicos al emitir su voto.

El presidente electo Donald Trump afirmó haber creado "la mayor economía en la historia de Estados Unidos" durante su primer mandato y prometió volver a hacerlo en 2025. Pero mucho depende de lo que un presidente herede de sus predecesores.

Las bajas tasas de desempleo y un mercado de valores en alza construidos bajo la administración del expresidente Barack Obama luego de la crisis financiera de 2008 le dieron a Trump una base sólida la primera vez.

Biden lideró la recuperación económica, pero la inflación empaña su legado
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Entonces, ¿qué legado económico heredará Trump de Biden?

En pocas palabras, altas tasas de empleo, un fuerte crecimiento del PIB y una baja inflación suelen caracterizar a una economía saludable.

El país todavía se estaba recuperando de la pandemia de COVID-19 cuando Biden asumió el cargo, pero los últimos cuatro años han demostrado ser resilientes.

La administración de Biden creó casi 16 millones de nuevos empleos en Estados Unidos, una señal clave de crecimiento económico positivo.

Esa buena noticia se vio eclipsada para muchos estadounidenses por la inflación, que alcanzó en 2022 su nivel más alto en 40 años, con un aumento de los precios del 9,1 %. Eso afectó al poder adquisitivo de las personas e hizo que los artículos de uso diario parecieran caros.

La inflación anual ha disminuido ahora a alrededor del 3 %, pero todavía es más alta que el objetivo del 2 % de la Reserva Federal, y los precios de muchos artículos siguen siendo significativamente más altos que al final del primer mandato de Trump.

Si bien los salarios reales han aumentado desde entonces en Estados Unidos, los trabajadores aún pueden sentir la presión de los precios persistentemente altos de los alimentos.

Se trató de un problema global vinculado a los problemas de la cadena de suministro y a la guerra de Rusia con Ucrania, y la gente común pagó el precio. Pero el gasto deficitario masivo bajo el gobierno de Biden para evitar la amenaza de una recesión importante también contribuyó.

Biden ha preferido destacar el prometedor panorama del mercado laboral que está dejando pasar, señalando que Estados Unidos registró durante su mandato su tasa de desempleo más baja en más de medio siglo.

Durante el primer mandato de Trump se perdieron alrededor de 2,7 millones de puestos de trabajo, en parte debido a la pandemia de COVID-19. Por lo tanto, se enfrentará a presiones para revertir ese legado. Pero Trump ya ha sugerido despidos masivos en todos los departamentos federales durante su segundo mandato, lo que podría aumentar las tasas de desempleo si se implementa.

Otra señal amplia de una economía saludable es el aumento del valor de los bienes y servicios, o PIB, que muestra si una economía está creciendo.

Estados Unidos ha tenido durante mucho tiempo el PIB más grande del mundo, superando a naciones como India y China.

El PIB aumentó un 7,6 % durante la primera administración de Trump y aumentó un 11,8 % bajo la de Biden, lo que sugiere una fuerte recuperación pospandémica.

En términos generales, el legado económico de Biden es el de un alto nivel de empleo, una recuperación del PIB y una inflación en descenso.

Pero ningún presidente hereda un borrón y cuenta nueva. La deuda federal asciende a 36,1 billones de dólares y la opinión pública sobre la economía es, en el mejor de los casos, tibia.

Algunos expertos financieros predicen que la inflación podría seguir cayendo en 2025, pero un contexto más amplio de tensiones geopolíticas, guerras comerciales y cambio climático también podría determinar el futuro financiero de Estados Unidos.

La tarea de Trump será mantener el impulso económico mientras navega por las complejidades de un mundo en rápida evolución.

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