La empleada que fue a la cárcel por rehusarse a autorizar matrimonios gay en Kentucky dijo el lunes, al regresar a su trabajo, que continuará en esa postura, pero que no interferirá en el trabajo que realizan sus suplentes.
Kim Davis fue puesta en libertad el martes pasado luego de pasar seis días en la cárcel. Un juez ordenó la liberación de la empleada bajo advertencia de que sería sancionada nuevamente si interfiere en la emisión de licencias.
Desde entonces, unas 10 licencias matrimoniales han sido autorizadas en nombre de Davis, como jefa del departamento de matrimonios en el condado Rowan.
Davis dijo comprender las acciones de sus suplentes para evitar ir a la cárcel y prometió que no tomará acción legal contra ellos.
“Sin embargo –advirtió— cualquier licencia que emitan no deberá tener mi nombre, mi título o mi autoridad en ella”, insistió. “En lugar de eso, la licencia tiene que establecer que es emitida haciendo cumplir una orden de la corte federal”.
Davis puso en duda que las licencias emitidas sin su autorización tengan validez legal.