Washington busca mejorar las relaciones con el nuevo gobierno de Venezuela pero en nada ayuda que Caracas acuse falsamente a EE.UU. de instigar a la violencia en ese país, dijo el secretario de Estado John Kerry.
En declaraciones a la cadena de televisión MSNBC, Kerry señaló que desde el año pasado se ha reunido y hablado por teléfono con el canciller venezolano para reducir las tensiones con Caracas.
“Hemos enfatizado que buscamos mejorar la relación, que nos gustaría ver un cambio—añadió—Lamentablemente, el presidente (Nicolás) Maduro ha escogido culpar a EE.UU. de cosas que no hacemos”.
Kerry añadió que el gobierno venezolano también echa la culpa a Washington de cosas de la sociedad y la economía con las que está “descontento”.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, las tensiones bilaterales ya han “durado demasiado”, pero precisó que EE.UU. no se va a quedar de brazos cruzados y que se le culpe de cosas que no ha hecho.
El presidente Maduro expulsó la semana pasada a tres funcionarios de la embajada de EE.UU. en Caracas a quienes acusó de estar reclutando a jóvenes para rebelararse contra su gobierno. En respuesta, el Departamento de Estado dio 48 horas a tres diplomáticos venezolanos para que abandonaran el país.
En declaraciones a la cadena de televisión MSNBC, Kerry señaló que desde el año pasado se ha reunido y hablado por teléfono con el canciller venezolano para reducir las tensiones con Caracas.
“Hemos enfatizado que buscamos mejorar la relación, que nos gustaría ver un cambio—añadió—Lamentablemente, el presidente (Nicolás) Maduro ha escogido culpar a EE.UU. de cosas que no hacemos”.
Kerry añadió que el gobierno venezolano también echa la culpa a Washington de cosas de la sociedad y la economía con las que está “descontento”.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, las tensiones bilaterales ya han “durado demasiado”, pero precisó que EE.UU. no se va a quedar de brazos cruzados y que se le culpe de cosas que no ha hecho.
El presidente Maduro expulsó la semana pasada a tres funcionarios de la embajada de EE.UU. en Caracas a quienes acusó de estar reclutando a jóvenes para rebelararse contra su gobierno. En respuesta, el Departamento de Estado dio 48 horas a tres diplomáticos venezolanos para que abandonaran el país.