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Kennedy enfrenta preguntas difíciles sobre atención sanitaria en audiencia de confirmación


Robert F. Kennedy Jr., elegido por el presidente Donald Trump para ser secretario de Salud y Servicios Humanos, comparece ante el Comité de Finanzas del Senado para su audiencia de confirmación en el Capitolio en Washington, el miércoles 29 de enero de 2025.
Robert F. Kennedy Jr., elegido por el presidente Donald Trump para ser secretario de Salud y Servicios Humanos, comparece ante el Comité de Finanzas del Senado para su audiencia de confirmación en el Capitolio en Washington, el miércoles 29 de enero de 2025.

Robert F. Kennedy Jr., elegido por el presidente Donald Trump para ser secretario de Salud y Servicios Humanos, tuvo dificultades para responder algunas preguntas durante la audiencia de confirmación, sobre la reforma de Medicaid y los programas de atención médica.

En una conflictiva audiencia de confirmación para convertirse en el principal funcionario de salud de la nación, Robert F. Kennedy Jr. tuvo dificultades para responder preguntas sobre cómo reformaría Medicaid o Medicare, los programas de atención médica del gobierno utilizados por millones de estadounidenses discapacitados, pobres y mayores.

El senador republicano Bill Cassidy, médico y cuyo voto clave Kennedy necesita ganar, presionó repetidamente al nominado para que hablara de las formas en las que planea reformar Medicaid, un programa de varios miles de millones de dólares, financiado por los contribuyentes, que cubre la atención médica de unos 80 millones de personas, incluidos niños.

Los republicanos han dicho que podría ser necesario hacer recortes profundos a Medicaid para financiar las propuestas del presidente Donald Trump.

“No tengo una propuesta amplia para desmantelar el programa”, dijo Kennedy.

El nominado también afirmó incorrectamente que Medicaid es financiado en su totalidad por el gobierno federal, aunque en realidad lo financian los estados y los contribuyentes federales. También dijo que la mayoría de los estadounidenses han comprado un plan Medicare Advantage, cuando solo alrededor de 1 de cada 10 estadounidenses lo han hecho.

Sus declaraciones erróneas sobre el programa se intercalaron con insinuaciones de que buscaría impulsar la privatización de los programas, diciendo repetidamente que a la mayoría de los estadounidenses les gusta el seguro privado y les disgustan las versiones gubernamentales de los programas.

Kennedy busca liderar una agencia de 1,7 billones de dólares que supervisará las recomendaciones sobre vacunas, las inspecciones de alimentos, la vigilancia hospitalaria y la financiación de cientos de clínicas de salud comunitarias.

El miércoles, en diálogos a veces acalorados, Kennedy negó ser antivacunas. Aunque señaló que sus hijos están vacunados, también reconoció que ha planteado “preguntas incómodas” sobre la vacunación.

“Creo que las vacunas desempeñan una función esencial en la atención sanitaria”, dijo Kennedy ante la Comisión de Finanzas del Senado.

En la primera hora de la audiencia, los republicanos no interrogaron a Kennedy sobre sus opiniones acerca de las vacunas.

Pero los demócratas sí lo hicieron, y el senador demócrata Ron Wyden, de Oregon, señaló que Kennedy ha afirmado que no hay “ninguna vacuna segura”, iniciando una discusión entre él y el nominado. Wyden también citó los libros de Kennedy, donde afirma que los padres han sido “engañados” respecto a la vacuna contra el sarampión.

“Usted ha dedicado años a promover historias contradictorias sobre las vacunas”, dijo Wyden.

Durante muchos años, Kennedy ha manifestado claramente sus creencias sobre las vacunas en docenas de entrevistas, podcasts y publicaciones en redes sociales.

Ha dirigido una organización sin fines de lucro que demandó al gobierno por autorizar algunas vacunas. Ha dicho que “no hay ninguna vacuna que sea segura y efectiva” y ha pedido repetidamente más estudios sobre la inmunización infantil rutinaria, a pesar de décadas de investigación y uso real que demuestran que ha prevenido enfermedades de manera segura.

Los republicanos se centraron en preguntas sobre agricultura, alimentos y la píldora abortiva, a la que muchas mujeres acceden a través de telemedicina.

Kennedy trató de asegurar a los senadores que no buscaría prohibiciones generalizadas sobre vacunas o alimentos, diciendo que quiere proporcionar más información a las personas.

“No quiero quitarle la comida a nadie”, dijo. “Si te gusta una hamburguesa de McDonald’s y una Coca Cola Light como a mi jefe, deberías poder conseguirlas”.

Kennedy proviene de una de las familias políticas más destacadas de la nación y es hijo del fallecido fiscal general Robert F. Kennedy y sobrino del presidente John F. Kennedy. Primero contendió con el expresidente Joe Biden por la nominación presidencial demócrata de 2024.

Luego se postuló como independiente, pero abandonó su candidatura en el verano, tras llegar a un acuerdo para respaldar a Trump a cambio de la promesa de desempeñar una función de política sanitaria durante un segundo mandato del republicano.

Trump seleccionó a Kennedy en noviembre, poco después de ganar la elección presidencial, diciendo que éste “terminaría con la epidemia de Enfermedades Crónicas” y “Haría Grande y Saludable a Estados Unidos Otra Vez”. La nominación de Kennedy, uno de los activistas antivacunas más prominentes del mundo, inmediatamente alarmó a algunos funcionarios de salud pública.

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