Un juez de Estados Unidos ordenó a Google remover los muros digitales que protegen su tienda de aplicaciones Android de la competencia, como castigo por mantener un monopolio ilegal que ayudó a expandir el imperio digital de la compañía.
La orden emitida el lunes por el juez federal James Donato obligará a Google a emprender varios cambios a los que la empresa de Mountain View, California, se había resistido, entre ellos una disposición que obligará a su Play Store para aplicaciones de Android a distribuir tiendas de aplicaciones rivales de terceros para que los consumidores puedan descargarlas en sus teléfonos si así lo desean.
La orden del juez también hará accesibles a la competencia las millones de aplicaciones Android de la biblioteca de Play Store, lo que les permitirá ofrecer una selección competitiva.
Donato dio a Google hasta noviembre para hacer las revisiones dictadas en su orden. La empresa había insistido en que tardaría entre 12 y 16 meses en diseñar las medidas de protección necesarias para reducir las posibilidades de que programas potencialmente maliciosos se abran paso en las tiendas de aplicaciones rivales e infecten millones de teléfonos Samsung y otros dispositivos móviles que funcionan con su software gratuito Android.
La revisión ordenada por los tribunales pretende impedir que Google bloquee la competencia en el mercado de aplicaciones Android, como parte de un esfuerzo por proteger un sistema de comisiones que ha sido beneficioso para una de las empresas más prósperas del mundo y ha contribuido a elevar el valor de mercado de su matriz Alphabet Inc. a 2 billones de dólares.
Google dijo en su blog que pedirá al tribunal que suspenda los cambios pendientes y que apelará la decisión del tribunal.
Donato también falló que, durante un período de tres años que finaliza el 1 de noviembre de 2027, Google no podrá compartir los ingresos de su Play Store con nadie que distribuya aplicaciones para Android o esté considerando lanzar una plataforma o tienda de distribución de aplicaciones para Android.
Tampoco podrá pagar a los desarrolladores, ni compartir ingresos, para que lancen primero o en exclusiva una aplicación en Google Play Store, ni podrá llegar a acuerdos con los fabricantes para preinstalar Google Play Store en una ubicación específica en dispositivos Android.
Tampoco podrá exigir a las aplicaciones que utilicen su sistema de facturación ni decir a los clientes que pueden descargar aplicaciones en otro sitio y potencialmente más baratas.
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