Dos nadadores estadounidenses llegaron a Miami este viernes procentes de Brasil, después que una multitud los abucheara el jueves al abordar el vuelo gritándoles “mentirosos” y “falsos”, y la policía los acusó de inventar una historia sobre un robo a punta de pistola durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Su partida marcó lo que el equipo olímpico de Estados Unidos espera sea el capítulo final de un incidente que ha avergonzado a la ciudad anfitriona, enfadando a la policía y al gobierno, y ha desatado una tormenta en las redes sociales y ha dominado la cobertura de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica.
El Comité Olímpico Estadounidense emitió una disculpa después de la partida de Gunnar Bentz y Jack Conger, quienes estaban entre los cuatro nadadores estadounidenses que mintieron sobre haber sido detenidos por hombres armados que se hacían pasar por policías el domingo pasado en horas de la madrugada.
“Nos disculpamos ante nuestros anfitriones en Río y el pueblo de Brasil por esta dura experiencia que distrae en medio de lo que debería ser con razón una celebración de la excelencia”, dijo Scott Blackmun, jefe del Comité Olímpico de Estados Unidos en una declaración.
Aparte de Bentz y Conger, el incidente involucró al medallista de oro Ryan Lochte, uno de los más decorados nadadores estadounidenses y quien habló más sobre el robo, y Jimmy Feigen, quien también ganó una medalla de oro en Río.
Lochte regresó a Estados Unidos el lunes.
Feigen acordó pagar casi 11.000 dólares a una organización caritativa en Brasil como parte del acuerdo para que le permitieran regresar a Estados Unidos.