La crisis que vive Venezuela ahora se ha ampliado a una crisis interna del partido del gobierno que cuestiona el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, mientras los venezolanos no reciben aún solución a sus problemas.
La Voz de América conversó con Juan Requesens, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela quien hace un reconocimiento de los errores propios, acto necesario para avanzar, pero también hace demandas a la oposición política venezolana.
Han pasado cuatro meses desde que inició la movilización de estudiantes en toda Venezuela. ¿Cuál es su diagnóstico como uno de los líderes del Movimiento Estudiantil?
Logramos no solo movilizar al país sino tener una incidencia en la opinión pública, en las decisiones de muchos de los sectores de las fuerzas vivas de la nación. Estamos hablando de las clases políticas, de los sindicatos, de los gremios. Además el movimiento estudiantil logró algo fundamental en el proceso de protestas en la exigencia de derechos como lo es articular con distintos sectores de la vida social que se agruparon alrededor de la ola de manifestaciones.
Fueron la inseguridad, el desabastecimiento, la escasez, posteriormente la detención de estudiantes en el Táchira y la libertad de expresión…
Todo comienza en Mérida con el asesinato del compañero Héctor Moreno, luego en Táchira, cuando trasladan justamente para acá, al estado Falcón, a los compañeros detenidos de la Universidad de Los Andes. Sin embargo el hecho que más alimentó la protesta fue de carácter diverso. Hubo sectores que salieron porque querían la renuncia de Nicolás Maduro, otros por la inseguridad, por el desabastecimiento. Fue un gran movimiento social que con la protesta pacífica y el derecho establecido en la constitución manifestamos el reclamo de nuestros derechos. Eso permitió que el conflicto se mantuviera activo y se logró articular una cantidad de fuerzas que hace un año no estaban articuladas.
¿Crees que el rol que ha jugado el Movimiento Estudiantil incide en la crisis interna que vive en este momento el partido de gobierno (PSUV), que está en evidencia con los cuestionamientos al liderazgo del presidente Nicolás Maduro?
Las protestas, con o sin división del gobierno, se iban a manifestar. Estamos en una Venezuela agotada institucionalmente, con una profunda crisis económica y social que deterioran cada día más la calidad de vida del venezolano. La crisis del PSUV es una consecuencia, pero no quisiera llamarla una consecuencia a propósito de la reflexión de pocos. Es una consecuencia de la corrupción y de las ansias de poderes que tiene esos actores ahí dentro. Como Movimiento Estudiantil tenemos que mantenernos firmes y cuidadosos ante los “trapos rojos” que quiera sacar el gobierno para desviar la atención. Más allá de que (Jorge) Giordani y Héctor Navarro se hayan pronunciado en contra del gobierno, aquí hay muchos actores que siguen siendo víctimas de la ineficiencia, la corrupción de un gobierno que no le resuelve los problemas a los venezolanos. Tenemos que ser muy incisivos en las críticas y profundizar el argumento que ya hemos venido desarrollando sobre la crisis institucional que estamos viviendo. Creo que deberíamos apuntar hacia influir en la suma y concentración de más conciencias y actores para que se sumen a la ola de protesta.
¿Qué valoración le otorga al reconocimiento que hace el propio presidente Maduro sobre su responsabilidad sobre la economía del país?
Nicolás Maduro es otro preso político. Pareciera que está atrapado en esas corrientes de radicales del gobierno, pero esto es una apreciación personal. Pareciera que están chocando dos grandes tendencias y hay individualidades que quieren aprovecharse de eso. Se trata de una pugna oscura y corrupta que tiene que ver más con quién detenta el poder, quién maneja los recursos del estado, quién toma las decisiones en el PSUV y no de una crisis ideológica o doctrinaria que pretenda el desarrollos y bienestar de los venezolanos. Nicolás Maduro pareciera ansioso de reconocimiento y liderazgo. No hay peor forma de demostrarse como líder que exigiendo lealtad absoluta. Tenemos firmeza en la comprensión de que el gobierno tiene una responsabilidad con lo que está sucediendo hoy en Venezuela.
¿Cómo califica la actuación de los actores y partidos políticos de la oposición?
Creemos que hay que hacerle dos llamados muy fuertes a la oposición. Primero a la unidad, eso es fundamental. Más allá de las posturas políticas que se generen en el seno de los partidos, hoy el país reclama unidad y criterio propio y desarrollado sobre cuál debe ser la línea de acción. Lo otro es que como estudiantes debemos apuntar todas nuestras acciones hacia el crecimiento institucional de la nación, y eso pasa necesariamente por el crecimiento de los partidos políticos. Tenemos que apuntar hacia su reinstitucionalización. Para nosotros es necesario que haya una profunda discusión entre la clase política de oposición del país para ver cómo conjugan esfuerzos para avanzar.
Ya que Venezuela está en momentos de autocrítica y autorreflexión, ¿cuál es la que se hace el Movimiento Estudiantil cuatro meses después de que iniciaron las manifestaciones en Venezuela?
Ser joven tiene sus ventajas, uno es contestatario, irreverente. Ser estudiante te da un carácter mucho mas espontaneo a la hora de tomar decisiones. A pesar de que han sido positivas en cuanto a algunos resultados, creo que uno de los errores que hemos cometido en estas jornadas de protesta, porque ha sido trágica por los muertos, torturados, detenidos, es la falta de racionalidad. De medir los momentos en los que ciertamente no hemos debido tomar decisiones, pero esto es parte de las presiones y tensiones propias de la dinámica que vivimos. De forma acelerada hemos tomado decisiones que no debimos. Pero tenemos una responsabilidad y compromiso, y estamos jugándonos hoy el país y hay poco espacio para equivocarse. Esto es parte de la discusión que llevamos hoy en el Movimiento Estudiantil. Uno de los asuntos que discutimos es cómo proteger a nuestros convocados a las manifestaciones, porque como líderes debemos cuidar a la gente que nos sigue en una convocatoria. No podemos convocar a la gente irresponsablemente a exponerse en aspectos de confrontación con el gobierno. Sabemos que el gobierno está dispuesto a asesinar, a torturar, a apresar a cualquier dirigente que atrapen.
¿Cómo evalúa la convocatoria a la marcha del pasado 24 de junio? ¿Un relanzamiento del Movimiento Estudiantil?
No fue un relanzamiento, aunque algún sector lo planteó así. Estamos conjugando esfuerzos, articulando, midiendo bien la nueva agenda que vamos a llevar. Esa marcha fue una movilización que le demostró al país que estamos aquí. No tuvo la misma intensidad, no tuvo el carácter masivo que tuvieron movilizaciones de meses anteriores pero tenemos que comprender que, además del mundial, el agotamiento dela gente, la intimidación es natural dada la represión. Ha habido una disminución en la intensidad de las convocatorias que hemos hecho, lo analizamos en las mesas de discusión. Para poder convocar a ese sector que está agotado del gobierno pero que también tiene temor de salir a la calle por las detenciones, tenemos que abordarlos de una forma que se sientan seguros.