Boris Johnson prometió el domingo permanecer como primer ministro de Reino Unido aunque no consiga un acuerdo para abandonar la Unión Europea, e insistió que sólo su gobierno puede sellar el Brexit el 31 de octubre.
Al comienzo de la conferencia anual de los conservadores en Manchester, Johnson busca unir a su partido con el mensaje de "hazlo o muere", con el que llevará a cabo el Brexit a finales de octubre con o sin un acuerdo.
Pero hay obstáculos que superar, entre los que destaca lo que Johnson llama "la ley de la rendición": una iniciativa que el Parlamento aprobó para obligar al primer ministro a solicitar un aplazamiento del Brexit si no ha logrado un acuerdo con Bruselas en la cumbre de la UE del 17 y 18 de octubre.
Johnson y sus ministros se negaron de nuevo a explicar cómo planea eludir esa ley y cumplir su promesa del Brexit, lo que profundizó la incertidumbre sobre el mayor cambio en la política comercial y exterior de Reino Unido en más de 40 años.
"La gente puede sentir que este país se está acercando a un momento de decisión importante, y tenemos que seguir adelante y entregar el Brexit el 31 de octubre", dijo el líder conservador a la BBC.
Al ser preguntado si renunciaría para evitar tener que pedir un aplazamiento, Johnson dijo: "No, me he comprometido a dirigir el partido y a mi país en un momento difícil y voy a seguir haciéndolo. Creo que es mi responsabilidad".
Michael Gove, el ministro a cargo de planificar un llamado Brexit sin acuerdo, se mostró igualmente seguro de que los planes del gobierno no se descarrilarán y dijo que el gabinete sabe el tipo de acuerdo que desea concretar antes de la cumbre europea.
"Sabemos en términos generales cómo podría ser el acuerdo. Si podemos asegurar que todas las partes avancen podremos llegar a un acuerdo antes del consejo de octubre", dijo Gove.
Pero la oposición es cada vez más hostil al gobierno de Johnson y se ha mostrado muy crítica con su frase "proyecto de ley de rendición", al destacar que su lenguaje está aumentando la brecha en un país que ha permanecido dividido desde el referéndum de 2016 sobre la adhesión a la UE.
Se espera que el Gobierno presente esta semana propuestas destinadas a superar el principal escollo de las conversaciones: la frontera entre la región británica de Irlanda del Norte e Irlanda, miembro de la UE.
Hasta ahora, las dos partes no han logrado ponerse de acuerdo sobre cómo evitar el retorno a una frontera dura si un futuro acuerdo no logra mantener sin fricciones las actividades comerciales.
Johnson dijo que todavía tiene esperanzas de conseguir un "buen trato", pero añadió que no pretende que sea fácil.
"Es cierto que otros países de la UE tampoco quieren que esto siga arrastrándose, no quieren que Reino Unido permanezca en el truculento y rebelde limbo de la UE y no quiera cooperar de la manera que les gustaría", sostuvo.
"En toda la UE existe la firme convicción de que es hora de seguir adelante", agregó.