El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, ordenó a los fiscales federales que procuren los cargos más serios posibles contra sospechosos de delito.
Su orden constituye una revocación de las políticas del expresidente Barack Obama que podrían resultar en más declaraciones de culpabilidad y penas de prisión mucho más largas.
En un memorándum a los fiscales del país el jueves, Sessions escribió: “Esta política afirma nuestra responsabilidad de hacer cumplir la ley, es moral y justa, y produce consistencia”.
Durante un evento sobre abuso de opioides en West Virginia, el jueves, Sessions dijo que se necesitaba la orden para combatir la creciente violencia en algunas grandes ciudades y epidemia de opioides en la nación. “La epidemia de opioides y heroína contribuye al reciente aumento de los crímenes violentos en Estados Unidos”, indicó.
La orden de Sessions había sido esperada dado que él fue un exfiscal durante el punto más álgido de la epidemia de cocaína en Estados Unidos. Sessions prometió que el combate a la violencia y las drogas ilegales sería la principal prioridad del Departamento de Justicia.
Algunos partidarios de la política del gobierno de Obama, que alivió las sobrepobladas prisiones federales y contribuyó a una reevaluación nacional de cómo quienes cometieron delitos con drogas son enjuiciados y sentenciados, dijeron que la orden de Sessions revivirá los peores aspectos de la guerra contra las drogas del gobierno.
