La Organización de Naciones Unidas ha nombrado al 2010 como el año de la biodiversidad. Kew Gardens en Gran Bretaña, uno de los jardines botánicos más antiguos y respetados del mundo, está a la vanguardia en la preservación de la biodiversidad.
Kew Royal Botanical Gardens, en las afueras de Londres, ha existido por unos 250 años y es hogar de algunas de las colecciones de plantas más grandes del mundo.
Aquí los expertos estudian cómo germinar plantas, su historia, su relación con otras plantas, insectos y animales y su lugar en el mundo.
Mark Chase lidera el Laboratorio Jodrell, donde ocurre mucho de ese trabajo. Chase dice que el aprender sobre las plantas es útil para resolver problemas de este siglo, como los problemas del clima.
“Las plantas pueden purificar el agua, modificar temperaturas y modificar nuestro hábitat y hacerlo más hospitalario para la gente. Entonces, si podemos restaurar áreas que han sido dañadas por nuestras acciones en el pasado, entonces esto ayudará a mejorar los efectos del cambio del clima en el ser humano”, dijo.
En África, botanistas de Kew trabajan con poblaciones para identificar -y en algunos casos preservar- especies de plantas que están en peligro.
“Los hábitat de las plantas están enfrentando severas presiones con los cambios en el uso de las tierras, con el aumento de las poblaciones, etc. La necesidad de alimentar a la gente, el poder proveer combustible resulta en una pérdida de hábitat, y por lo tanto, una pérdida de biodiversidad”, dijo Monique Simmonds, botanista de Kew.
Simmonds dice que su equipo trabaja con las comunidades locales para asegurarse que sus científicos aprendan sobre las plantas indígenas en su región y se beneficien si resulta que las plantas tienen algún valor comercial.