El gobierno de Estados Unidos añadió a la lista negra de los sancionados por tener nexos con el programa nuclear iraní a 10 compañías y a cinco ejecutivos de esas firmas.
El Departamento del tesoro anunció que se trata de negocios afiliados con el Banco Mellat y la empresa naviera IRISL, ambos propiedad de la República Islámica de Irán.
Las autoridades estadounidenses ya habían incluido en la lista al banco y a la naviera, entre las entidades que Washington considera que contribuyen a las intenciones de Irán de hacerse de armas nucleares.
Las sanciones prohíben a toda firma estadounidense hacer transaciones con las empresas e individuos incluidos en la lista, y buscan además congelar los activos que estos tengan bajo jurisdicción de EE.UU.
Acciones similiares en el pasado han servido además para que a los negocios señalados se les suspenda el financiamiento internacional.
Entre las compañías figuran ocho subsidiarias de la IRISL que habrían prestado sus nombres a la marina mercante iraní, todas localizadas en la Isla de Man, una posesión británica con gobierno autónomo en el mar de Irlanda.
También fue identificada una subsidiaria en Suiza de Pearl Energy Co, una compañía con sede en Malasia y propiedad del Banco Mellat.
El subsecretario de Estado para el Terrorismo y la Inteligencia Financiera, Stuart Levey, dijo que la medida “ayudará a gobiernos, bancos y otras firmas privadas de todo el mundo a asegurarse de que inadvertidamente no faciliten a Irán la proliferación y el apoyo al terrorismo”.
Encuentro en Ginebra
El régimen de Teherán anunció que la semana próxima mantendrá dos días de conversaciones en Ginebra con funcionarios de la Unión Europea (UE), en las primeras discusiones de alto nivel en 14 meses sobre su programa nuclear.
De acuerdo con lo previsto, el principal negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, se reunirá con la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, el 6 y 7 de diciembre.
Estados Unidos espera que las discusiones se centren en el polémico programa nuclear de Teherán, aunque el presidente iraní, Mahmoud Amadineyad, ha reiterado que no está dispuesto a negociar el enriquecimiento de uranio.
Desde que en junio último Naciones Unidas impuso una cuarta ronda de sanciones a Irán, han aumentado las presiones internacionales para que los iraníes vuelvan a la mesa de negociaciones.