El presidente Nicolás Maduro acusó esta semana al jefe de Gobierno de Colombia, Iván Duque, de promover “ataques” contra instalaciones petroleras y eléctricas de Venezuela, mientras Irán acelera su involucramiento en reparaciones de refinerías de combustible en ese país.
El jefe de Estado venezolano denunció la noche del lunes que Duque, quien no lo reconoce como presidente, promovió “ataques terroristas” para sabotear la refinería El Palito, en el estado Carabobo, y el Complejo Hidroeléctrico El Guri.
“El sábado, El Palito recibió un ataque contra su sistema eléctrico, ataques terroristas también de enemigos infiltrados ocultos para hacerle daño a los complejos refinadores y contra el pueblo. Detrás de esto está la derecha salvaje. Lo denuncio: la derecha ‘vende patria’, los planes de Iván Duque, que está loco, herido, supurando odio”, aseguró Maduro durante un acto televisado.
También, mencionó que El Guri, de la cual depende mayormente la energía eléctrica de Venezuela, sufrió “dos ataques a sus sistemas operativos”.
Maduro denunció el involucramiento de Duque en esos presuntos ataques solo un día después de que su ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, confirmó un incendio en la planta de Cardón, en el estado occidental de Falcón, que forma parte del complejo refinador de Paraguaná, el más grande del país.
El siniestro ocurrió en una de las lagunas de tratamiento de agua de la refinería. No hubo heridos ni se afectaron las operaciones, según el funcionario.
Las declaraciones de Maduro contra Duque también ocurrieron días después de oficializarse un acuerdo con el gobierno de Irán para reparar y ampliar la refinería El Palito, la instalación donde justamente habrían ocurrido los “ataques” denunciados el lunes por el jefe de Estado venezolano.
Medios de prensa divulgaron el contrato de 110 millones de euros (116 millones de dólares) entre la estatal Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán (NIORDC) con PDVSA para esas operaciones en El Palito.
La agencia Reuters reportó este lunes, asimismo, que Irán estará involucrada en reparaciones similares en el Complejo Refinador de Paraguaná. Se piensa que es uno de los más grandes de su tipo en el mundo, con una capacidad combinada de 955.000 barriles por día en las plantas de Amuay, Cardón y Bajo Grande.
Sus operaciones se han visto limitadas por falta de inversión, escasez de mano de obra calificada y sanciones de gobiernos extranjeros, según los especialistas, que calculan que ese complejo refinador opera solo a 17% de su capacidad.
De acuerdo con las estimaciones de las fuentes citadas por Reuters, los técnicos y expertos iraníes trabajarán en Paraguaná en “aproximadamente un año”.
Venezuela acumula años de una aguda crisis de combustible en su mercado interno. Es frecuente ver colas kilométricas a las afueras de las estaciones de servicio de regiones alejadas de la capital, Caracas, como Zulia y Los Andes.
Estado “calamitoso”
Los acuerdos entre Irán y Venezuela para levantar el refinamiento en las plantas de Paraguaná y El Palito “podría aumentar la disponibilidad de combustible” en el país suramericano, estima el especialista en energía y petróleo, Gilberto Morillo.
Las refinerías de Venezuela se encuentran “un estado muy calamitoso”, pero mejor que hace dos o tres años, cuando su producción era igual a cero, indicó.
“Se importaba todo el combustible. Ha habido una mínima recuperación para producir tal vez a una capacidad de 15% de su capacidad”, sostiene.
En ese contexto, las intervenciones de técnicos iraníes familiarizados con refinerías como las venezolanas “ayudan”, dijo, pero opinó que se necesita también de otros aportes para levantar la producción y refinación interna.
“PDVSA necesita recursos financieros y humanos, responsabilidad y honestidad para que contratistas puedan operar de forma confiable en esas operaciones. Se necesita personal calificado”, explicó Morillo a la Voz de América.
Los nuevos acuerdos energéticos entre Teherán y Caracas se conocen días luego de que Estados Unidos flexibilizara algunas de sus sanciones económicas para permitir que empresas como Chevron pudieran negociar directamente con el gobierno venezolano sus roles en el futuro y en un contexto de reuniones y debates sobre la idea de reanudar la cooperación petrolera con Venezuela.
Morillo expone que el gobierno venezolano está cumpliendo “con altibajos” la demanda de su mercado interno, de 150.000 barriles de gasolina y entre 40.000 y 50.000 de diésel por día. “Si se hacen reparaciones importantes (en El Palito y Paraguaná), se lograría aumentar” esas cifras, señaló.
El experto en materia petrolera remarcó que hay un margen para añadir 1,1 millones de barriles de combustible diarios a la refinación en Venezuela.
“Esas refinadoras tienen una capacidad de diseño de 1,3 millones de barriles. Cualquier reparación será positiva para la recuperación interna”, concluyó.
[Con información de Adriana Núñez Rabascall]
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