Irán advirtió el jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre los riesgos de ser arrastrado a una guerra sin cuartel en Oriente Medio, luego de un ataque contra instalaciones petroleras de Arabia Saudita que Washington y Riad atribuyeron a Teherán.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, describió el ataque del fin de semana, que inicialmente redujo a la mitad la producción de petróleo saudita, como un acto de guerra y ha estado discutiendo posibles represalias con Arabia Saudita y otros aliados de Washington en el golfo Pérsico.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso el miércoles una nota de cautela, al decir que había muchas opciones antes de una guerra con Irán, que niega estar involucrado en los ataques del 14 de septiembre.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán respondió diciendo en CNN que la República Islámica “no parpadeará” si tiene que defenderse contra cualquier ataque militar estadounidense o saudí, lo que dijo conduciría a una “guerra sin cuartel”.
El ministro Mohammed Javad Zarif señaló que Pompeo era parte del llamado “equipo B”, que según Teherán incluye al príncipe heredero de Arabia Saudita y trata de embaucar a Trump para que opte por una guerra.
Riad, que describió el asalto como una “prueba a la voluntad global”, mostró el miércoles los restos de 25 drones y misiles iraníes que, según dijo, fueron utilizados en el ataque y son evidencia innegable de la agresión iraní.
Emiratos Árabes Unidos siguió a su principal aliado árabe al anunciar que se uniría a una coalición naval conjunta de seguridad que Washington ha tratado de desplegar desde una serie de explosiones en tanqueros petroleros en aguas del Golfo Pérsico en meses recientes.
Pompeo se dirigió a Emiratos Árabes el jueves para conversar con el príncipe de la corona de Abu Dabi después de reunirse con el gobernante de facto de Arabia Saudita.
“Estos ataques subversivos están destinados a desestabilizar la seguridad de la región y dañar el suministro mundial de energía y la economía global”, dijo el príncipe Mohammed a Pompeo, de acuerdo a citas reproducidas por medios estatales.
La prueba de la responsabilidad iraní y la evidencia de que el ataque fue lanzado desde territorio iraní podrían presionar una respuesta de Riad y Washington, que quieren frenar la influencia de la República Islámica en la región.
“Este es un ataque a una escala que no habíamos visto antes”, dijo Pompeo a periodistas antes de aterrizar en Yeda para sostener conversaciones con el príncipe heredero Mohammed bin Salman. “Los saudíes fueron la nación atacada. Ocurrió en su territorio. Fue un acto de guerra contra ellos directamente”.
Pompeo dijo que los ataques serían un foco importante de la reunión anual de la Asamblea General de la ONU la próxima semana y sugirió que Riad podría exponer su caso allí.