Una tensa calma reinaba en Bagdad este lunes después de las violentas manifestaciones del sábado en la Zona Internacional mientras la nación celebra un festival religioso chiíta que conmemora al imán del Siglo VIII, Moussa al-Khadhim.
El líder de la protesta, Moqtada al-Sadr prometió volver el viernes al lugar de la manifestación, donde se encuentran el Parlamento y varias embajadas, así como organizaciones internacionales, para seguir presionando al gobierno por cambios o para que convoque a elecciones tempranas.
La mayoría de legisladores huyó del área a raíz de las protestas y se desconoce si piensan regresar.
Serwan Sereni, un legislador dijo a la Voz de América que una reunión de emergencia entre el presidente de Irak, Fuad Masum, el primer ministro Haider al-Abadi y líderes de los diferentes partidos políticos del país no logró llegar a un acuerdo.
El líder del bloque de Sadr en el parlamento, Dhiaa al-Assadi, confirmó a la Voz de América que la reunión no produjo soluciones, pero descartó que la crisis política afectaría la lucha contra el Estado islámico.
Sadr es un poderoso clérigo nacionalista chiíta que se dio a conocer combatiendo a las fuerzas de EE.UU. y tiene una gran cantidad de partidarios en Irak. Él protesta contra la corrupción gubernamental, el favoritismo y la ineficiencia.
En 2006, el vicepresidente estadounidense Joe Biden propuso la creación de tres regiones autónomas en Irak para las poblaciones kurdas, sunitas y chiítas con un gobierno central en Bagdad. La propuesta no se ha hecho efectiva y la nación ha venido trabajando con un gobierno disfuncional.
Tras la manifestación del sábado, la primera en la Zona Internacional, que solo provocó daños materiales pero no heridos. Líderes kurdos dijeron que es hora de poner en marcha el plan propuesto por Biden, donde los kurdos y sunitas declaren por separado su independencia y avancen hacia regiones separadas.
Según las Naciones Unidas la violencia y el conflicto armado en Irak cobró la vida de 410 civiles y dejó 973 heridos solo el mes pasado. En un comunicado el enviado especial de la ONU para Irak, Jan Kubis dijo que: "Los civiles están pagando un alto precio a causa de (la continuación de) ataques con bomba y enfrentamientos armados".