Los seis aspirantes republicanos a la presidencia de EE.UU. que se disputan este martes el apoyo en el estado de Iowa, en las primeras asambleas de partido (caucus) que tienen lugar antes de los comicios de noviembre próximo, desplegaron en las últimas 72 horas un intenso maratón electoral.
El único precandidato a la Casa Blanca que no probará fuerza entre los republicanos del pequeño estado rural de Iowa es el gobernador de Utah, Jon Huntsman, quien ha decidido apostárselas todas a las elecciones primarias en New Hampshire el 10 de enero.
Con todo, los demás aspirantes coincidieron en que lo mejor es probar suerte en Iowa, cuya importancia nominal de cara a los comicios presidenciales está dada más que otra cosa por la tradición de que sus asambleas son el punto de arrancada y en la práctica pueden dar una señal.
De hecho, históricamente la votación en los caucus de Iowa refleja poca intensidad, y de los 2,1 millones de electores registrados en el estado, en las primarias republicanas de 2008 sólo participaron 118.696 votantes a pesar de haber estado precedidas igualmente de gran publicidad.
La población del estado es inferior al uno por ciento de toda la del país, cuenta con sólo el 2 por ciento de los votantes republicanos registrados en la nación y la proporción de estos que acostumbran ejercer el sufragio es de menos del 20 por ciento. No obstante, la prensa le da gran importancia a este caucus.
En teoría se dice que los tres aspirantes que terminen a la cabeza de las preferencias en Iowa son todos ganadores y tienen chance de obtener la nominación presidencial, aunque en la práctica se ha demostrado que su certeza sigue siendo igual que la de la apostar a la cara de una moneda que se tira al aire.
Sólo tres de los últimos seis triunfadores en las asambleas de Iowa resultaron ganadores de la nominación presidencial, y solamente uno de ellos, George W. Bush, llegó a la Casa Blanca. En 2008, John McCain fue el republicano que al final obtuvo la nominación, sin embargo, terminó en cuarto lugar en Iowa.
Aún así, analistas políticos señalan que los efectos de la votación en Iowa pueden influir en la opinión pública a partir de cómo los refleje la prensa, que al menos de inmediato restará parte de su atención a los precandidatos que queden a la zaga.
Por ahora, las encuestas siguen dando la mayor preferencia al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, aun cuando el congresista Ron Paul es muy popular en Iowa y el senador Rick Santorum ha experimentado una súbita popularidad.
De acuerdo con CNN, Romney se mantiene a la cabeza de los sondeos con un respaldo del 25 por ciento, seguido por Ron Paul (22 por ciento), y por el ex senador Santorum, que ahora se ubica como tercer precandidato con 16 por ciento de apoyo.
Les siguen sin hacer mucho ruido en las encuestas el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el gobernador de Texas, Rick Perry, y la congresista por Minnesota Michele Bachmann.
Según otro sondeo, de Public Policy Polling, hay un empate numérico entre Romney (19 por ciento), Paul (18 por ciento) y Santorum (17 por ciento).
Una encuesta del diario Des Moines Register significativamente reveló que el 41 por ciento de los entrevistados dijo que podrían cambiar de opinión.
Las elecciones primarias y asambleas de partido durarán hasta el verano, pero el rival republicano que se enfrentará en los comicios de noviembre de este año al presidente Barack Obama no se conocerá hasta que la Convención Nacional del Partido lo proclame oficialmente cuando se reúna en Tampa, Florida, del 27 al 30 de agosto próximo.