El presidente chileno Gabriel Boric recibirá este viernes al jefe del Ejército para aclarar las circunstancias de la muerte de un soldado durante un entrenamiento mientras cumplía el servicio militar en el extremo norte del país, en una actividad que dejó además a otros 45 heridos, dos de ellos de gravedad.
El caso del conscripto Franco Vargas, de 19 años, escaló a niveles políticos después de que salieran a la luz detalles de su fallecimiento tras una marcha a casi 4.000 metros de altitud y bajo condiciones meteorológicas adversas en la localidad de Putre, en la región de Arica y Parinacota.
“No podemos permitir que esto vuelva a suceder. Por la memoria de Franco corresponde conocer toda la verdad, que se esclarezcan los hechos y se asuman las responsabilidades que correspondan”, afirmó Boric en un discurso a la nación.
La discrepancia entre las informaciones y el surgimiento de nuevos detalles, así como de denuncias de abusos físicos y negligencia, generaron una intensa movilización de la ciudadanía, que reclamó una investigación de los hechos y castigo para los responsables.
El miércoles el jefe del ejército, general Javier Iturriaga, admitió que "adoleció de falta de precisión” la primera información entregada sobre la muerte de Vargas y cesó al principal encargado de la institución en la región, a más de 2.000 kilómetros de la capital chilena, y a otros cinco altos cargos.
El Ejército explicó que un total de 245 conscriptos que se encontraban en instrucción caminaron una marcha a bajísimas temperaturas el pasado 27 de abril, que terminó con el fallecimiento del soldado, y otros 45 de ellos con un cuadro de infección respiratoria. Todos los afectados fueron ingresados en un hospital y dos de ellos continúan en estado de gravedad.
Según relataron testigos, Vargas pidió asistencia en diversos momentos de la marcha y llegó a desmayarse antes de colapsar completamente. El Ejército y el centro de salud al que el joven fue trasladado ofrecieron versiones antagónicas sobre su condición.
Las lagunas del caso llevaron a la Corte Suprema a designar a una magistrada, Jenny Book, para averiguar personalmente las circunstancias de la marcha de entrenamiento y el conflicto de información. Tras su primer día de diligencias la jueza reveló la noche del jueves que uno de los soldados afectados en la actividad sufrió la amputación de una de sus manos y permanece ingresado en cuidados intensivos.
Por ello, el mandatario chileno convocó a una reunión este viernes con Iturriaga y la ministra de Defensa, Maya Fernández, para que le detallen personalmente los hechos. Pidió, además, saber todas las medidas de prevención para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a repetirse.
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