La llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden el miércoles 20 de enero genera expectativas ante los posibles cambios que podrían ocurrir en la política exterior de Washington, sobre todo hacia Latinoamérica y, específicamente, hacia algunos países a los que la administración saliente de Donald Trump sancionó, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En Nicaragua, la administración republicana de Trump sancionó al menos a 24 funcionarios del gobierno del presidente Daniel Ortega, incluyendo la esposa del mandatario, Rosario Murillo, a quien apunta por supuesta violación de los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales de 2018.
A nivel general, los objetivos de la administración entrante no variarían mucho, señaló el excanciller nicaragüense Francisco Aguirre Sacasa, en entrevista con la Voz de América.
“Estados Unidos continuará impulsando la igualdad en el hemisferio, la prosperidad, la seguridad ciudadana, y seguirá en la lucha contra el crimen organizado, que cubre desde la inmigración ilegal a Estados Unidos, hasta el narcotráfico”, dijo Sacasa.
Estados Unidos continuará impulsando la igualdad en el hemisferio"
Francisco Aguirre Sacasa, excanciller de Nicaragua
Pero con respecto a hechos puntuales como las relaciones con países considerados por la administración de Trump “como la troika de la tiranía”, Sacasa cree que habrá cambios en la forma de tratar con ellos.
Algo que, según opina Sacasa, deja entrever cuál será la estrategia de Biden son los nombramientos clave que el demócrata ha empezado ya a anunciar. “Son personas con mucho conocimiento sobre América Latina y muy preparados en diplomacia”, consideró.
“El hombre más importante en la política es el nuevo secretario de Estado designado Antony Blinken. Es un hombre de muchísimo fogueo en la diplomacia, no es un amateur que llega sin experiencia; al igual que otros funcionarios que son profesionales, expertos en relaciones internacionales, algo que no tenía el presidente Trump, por ejemplo, con Mike Pompeo”, opina Sacasa.
El diplomático consideró que evidentemente habrá un “cambio de estilo” en la administración de Biden, pero siempre enfocado en el respeto por los derechos humanos, la libertad de expresión y la democracia.
Según el experto, Trump entendía poco a Latinoamérica y “realmente lo único que le interesaba era la inmigración ilegal, por razones de política interna norteamericana”, pero considera que “Biden sí conoce más la región porque ha tenido la oportunidad -como vicepresidente y como senador- de viajar más de una docena de veces a nuestro continente”.
Respecto al tema de las sanciones el excanciller ve a Biden con “sumo cuidado” y considera que será estudiado por las altas esferas para analizar con detenimiento los resultados conseguidos con la política de Trump.
“Trump deja la Casa Blanca y están todavía en el poder el régimen castrista en Cuba, el chavista en Venezuela y el de Daniel Ortega en Nicaragua, o sea, yo anticipo que el Departamento de Estado y el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca van a preguntarse si esa política de sanciones ha sido efectiva”, explicó Sacasa.
“Eso no quiere decir que esa política la van a descartar, pero van a preguntarse si la van a examinar detenidamente y juzgarla por los objetivos logrados y no por el ruido que se hizo en la Florida por razones electorales norteamericanas”.
La importancia de unas elecciones libres
Víctor Hugo Tinoco, quien fue funcionario del gobierno de Ortega tras el triunfo de la revolución sandinista en 1979 y que hoy ha dado la espalda al mandatario, comenta a la VOA que la administración demócrata siempre ha mostrado su preocupación por la transparencia y, sobre todo, por procesos electorales limpios.
Tinoco como exvicecanciller de Nicaragua durante los años 1980, viajó en múltiples ocasiones al Congreso de Estados Unidos para pedir el apoyo de demócratas y republicanos para frenar la guerra desatada en contra de la revolución sandinista
“Yo personalmente tuve una relación muy fuerte con el sector demócrata. En los 80 estaba gobernando el presidente Ronald Reagan, cuando yo era el vicecanciller de la revolución sandinista, y me tocó hacer lobbies por años en el Congreso, sobre todo con los demócratas”, rememora.
Tinoco recuerda que el cabildeo consistía en pedir el cese a la guerra que vivía Nicaragua, debido a que grupos insurgentes luchaban para acabar con la revolución sandinista, algunos financiados ilegalmente por el gobierno de Reagan.
“Si bien Reagan y los republicanos querían acabar con la revolución, los demócratas querían que se acabara la guerra para que hubiera elecciones libres. Esas han sido posiciones históricas que han tenido los demócratas desde los años 80”, afirma Tinoco.
El hoy opositor a Ortega, señala que nuevamente los demócratas serán espectadores de un proceso electoral muy importante por la crisis sociopolítica que vive Nicaragua, tras las protestas surgidas desde hace tres años en Managua y que ha dejado más de 300 muertos y miles de exiliados.
En ese sentido, Tinoco cree que los demócratas de alguna forma buscarán la manera de enviar a delegados a tratar de "persuadir" al presidente nicaragüense para que genere las condiciones necesarias para un proceso limpio.
“No tengo la menor duda de que la nueva administración demócrata va a mandar delegados a tratar de persuadir a Ortega y convencerlo de que tiene que hacer elecciones libres y respetar los derechos humanos. Es decir, tiene que parar la represión, van a venir a hacer eso. Cómo va a reaccionar Ortega es el punto”, dijo.
“El dilema de Ortega es que si rechaza a los demócratas va a ser declarado ilegítimo y hasta ahora es reconocido por todos los países. Es una situación muy difícil para él, es un dilema porque si hace elecciones libres estoy seguro de que las va a perder”, agregó Tinoco.
El no acceder a los comicios provocaría dos consecuencias, según Tinoco: la primera sería que Ortega podría ser desconocido internacionalmente y la segunda, que se iniciara una nueva etapa de presiones.
“Aunque no creo que aguante, tiene 75 años, ha perdido más del 60% de la base que tenía antes, así que es probable que tenga algún entendimiento con Biden para elecciones libres”, indica.
El dilema de Ortega es que si rechaza a los demócratas va a ser declarado ilegítimo".
Víctor Hugo Tinoco, exvicecanciller de Nicaragua
Por su parte el excanciller Sacasa considera que un acercamiento entre Washington y Managua sería positivo, únicamente para que se lleven a cabo las reformas electorales necesarias que ha demandado la oposición y la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Yo creo que uno de los objetivos norteamericanos en general en Latinoamérica va a ser impulsar la democracia representativa, el respeto a los derechos humanos y en ese sentido Washington tiene un desafío, pero también Managua”, explicó.
“El gobierno en Washington va a buscar una respuesta más sutil a lo que está pasando en Nicaragua, pero Nicaragua tiene que dar muestras de apertura a reformas electorales, pero no solo después de las elecciones, sino antes”, añade Sacasa.
Recientemente, Ortega hizo un llamado a Biden para trabajar en “armonía” y “respeto”, sin embargo, Tinoco y Sacasa consideran que las bases de este posible giro tendrían que sustentarse antes de las elecciones de noviembre de este año.
“Yo creo que el momento es preciso para tratar de buscar un acercamiento, pero un acercamiento que -desde el punto de vista de Washington- se basa y se fundamenta en la probabilidad de que haya elecciones que no sean cuestionadas en Nicaragua. Yo estimo que eso debería buscar el gobierno de Nicaragua”, concluyó Sacasa.