Con el nuevo gobierno de Joe Biden, expertos coinciden en que las relaciones entre Colombia y Estados Unidos seguirán fuertes, aunque habrá diferencias en la implementación de los acuerdos de paz y un desafío a la hora de repensar la política hacia Venezuela.
El presidente de Colombia, Iván Duque, mantuvo una estrecha relación con el presidente Donald Trump durante su mandato. Incluso varios miembros de su partido fueron señalados por hacer campaña en EE. UU. para la reelección del republicano. Ahora, ante la victoria del Partido Demócrata, las naciones buscarán mantener una alianza histórica.
Según información enviada por el Ministerio de Comercio Industria y Turismo de Colombia a la Voz de América, EE. UU. es el principal socio comercial de Colombia y “representa el 29% de las exportaciones totales de bienes, mientras que de las ventas de los no minero energéticos [agropecuarios, agroindustriales e industriales] es el 28%”.
Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el comercio entre los dos países sumó, entre enero y octubre del 2020, un total de 15.557,1 millones de dólares FOB (Franco a bordo). De esa cantidad, 7.306 millones corresponden a exportaciones hasta octubre y el resto, a importaciones.
Estados Unidos participó en el 18,2% de toda la inversión extranjera directa que llegó al país en 2019, según datos de la balanza de pagos del Banco de la República. Así mismo, dice el Ministerio, la participación del comercio bilateral entre ambas naciones, entre enero y octubre del 2020, representó el 26,5% tanto en exportaciones, como en importaciones del comercio total entre el país andino y el mundo.
Arlene Tickner, profesora titular de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad de Rosario y columnista del diario El Espectador, afirma que la relación entre Colombia y Estados Unidos siempre ha sido estrecha. Sin embargo, para ella, la relación Duque-Trump se diferencia de las anteriores por “la pérdida del piso o cimiento bipartidista que ha caracterizado la relación bilateral hasta ahora”.
Lo que se traduce, -agrega-, en el distanciamiento por parte del gobierno colombiano con el Partido Demócrata, lo cual “podría generar algunos cambios en la interacción bilateral, una vez se posesione Joe Biden. Por el lado de las relaciones con el Congreso es tal vez donde esto se va a observar de manera más evidente”.
Por su parte, el exministro Juan Fernando Cristo —quien fue parte del gabinete del expresidente Juan Manuel Santos y es crítico del actual gobierno colombiano—, dijo que las relaciones bilaterales podrían cambiar porque “hubo una alineación total, desde el punto de vista político e ideológico, del gobierno colombiano con la administración Trump” y además, argumentó que “se cometieron, durante la campaña norteamericana, imprudencias y equivocaciones, por parte del gobierno colombiano, al permitir que integrantes del Centro Democrático e, incluso, algunos funcionarios del gobierno quisieran expresar sus simpatías por el candidato Trump” durante la campaña presidencial. Este hecho, dijo, genera “distancias”.
Cristo valoró además que el gobierno colombiano va a tener “que hacer esfuerzos en su diplomacia para establecer un mínimo nivel de confianza con el gobierno norteamericano”.
Dos congresistas del partido político de Duque manifestaron su apoyo públicamente al presidente Donald Trump durante su campaña. Esto, expone la analista Tickner, “ha redundado en molestias palpables al interior del Partido Demócrata, en el Congreso, que algunos pues pensamos que se podrá traducir en ciertos castigos”, explicó, aludiendo por ejemplo, a que podrían no ser atendidos los llamados de diplomáticos colombianos para citas o reuniones.
El embajador estadounidense en Bogotá, Phillip Goldberg, envió una advertencia en su cuenta de Twitter, pidiendo a políticos colombianos “no involucrarse” en la política de su país.
Para la senadora Paloma Valencia, militante del Centro Democrático —partido del gobierno colombiano—, las relaciones que ha mantenido Colombia con el presidente Trump han sido absolutamente cercanas, “como lo fueron también los presidentes Obama, Bush y Clinton”
En cuanto a los legisladores que “han tomado partido en las elecciones de Estados Unidos”, Valencia señala que se trata de un ciudadano con doble nacionalidad, que tiene derecho a participar en las elecciones de su país”. La otra senadora involucrada, por su parte, dice que ha hecho comentarios “en el marco del respeto” y no cree que esta situación pueda afectar las relaciones: “Creer que va a haber algo así como una especie de veto de los demócratas contra el gobierno de Iván Duque y contra Colombia, pues creo que es absolutamente falso”, dijo la senadora a la VOA.
Más allá de las circunstancias políticas y electorales, dice Cristo, hay diferencias de fondo con el gobierno colombiano, “luego va a ser muy interesante ver si la administración Duque visibiliza sus posiciones conservadoras en alguno de sus temas”.
Adam Isaacson, analista de la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA), explica que aunque la relación bilateral entre EE.UU. y Colombia seguirá siendo cercana, puede “haber roces” entre los partidos a los que pertenecen ambos mandatarios.
“Hay resentimiento y había advertencias durante la campaña sobre el hecho de que tantos oficiales y figuras del Centro Democrático hicieron campaña abiertamente a favor de Trump”, dijo el experto.
La influencia colombiana en la campaña en Florida —y en especial el apoyo del expresidente colombiano Álvaro Uribe a Trump— contribuyó a que los demócratas perdieran dos escaños de la Cámara, dijo a la VOA Michael Schifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento en Washington D.C.
“Creo que la presidenta de la Cámara [Nancy Pelosi] no está nada contenta con que perdió dos escaños del Partido Demócrata. Creo que el papel de Colombia, el expresidente Uribe fue un factor de estos resultados”, aseguró el Schifter.
La crisis venezolana
El gobierno de Duque fue uno de los principales aliados de Trump en la región para promover su política de sanciones, presión diplomática hacia Venezuela y el apoyo a la oposición, liderada por Juan Guaidó.
Sin embargo, casi dos años después de que Guaidó se proclamara presidente interino, Maduro sigue en el poder y no se vislumbra una rápida salida de la crisis, que ha empujado a millones de venezolanos fuera de su país. Expertos consultados por la VOA coinciden en que la política hacia Venezuela “fracasó” y la situación ha empeorado en los últimos cuatro años.
“Fracasó totalmente la política hacia Venezuela; la situación es peor que cuando Trump asumió; creo que no fue realista”, afirmó Schifter. “El régimen está más firme que nunca y la oposición está en una situación muy débil”.
Isacson coincide con esta lectura y asegura que el reto para Biden será repensar cómo abordar su política hacia el país petrolero.
“No queda muy claro qué puede hacer el gobierno de Biden para cambiar [la política] de manera radical (…) me imagino que va a seguir muchas o todas las sanciones y tal vez buscar más coordinación con Europa en la búsqueda de una solución negociada”, explicó.
Para Tickner es “imposible” que “Maduro se salga sin condición alguna” y esto “pone al gobierno colombiano actual en una posición difícil porque si hay algo frente a lo cual no ha estado dispuesto a conceder es en la negociación con Maduro”.
La senadora Valencia, defensora del expresidente Uribe, dice que el presidente Duque “ha sido un líder” y se ha avanzado en el tema pero, según ella, “evidentemente no ha resuelto las cosas para ese país” y seguramente se pensará en nueva estrategias.
Ahora, independientemente de que se siga considerando al gobierno de Nicolás Maduro como una dictadura, Cristo señala que habrá un esfuerzo mayor “de multilateralismo por parte de la administración Biden y buscar una salida pacífica y democrática conjunta con la Unión Europea para la situación de Venezuela y descartando totalmente cualquier posibilidad de intervención militar”. Ahí, dice Cristo, va a ser muy importante que Colombia “acompañe el nuevo enfoque que seguramente tendrá la Administración Biden”.
Implementación de los acuerdos de paz
El Senado estadounidense ha manifestado su preocupación por la falta de implementación fluida de los acuerdos de paz. Pese a las críticas que ha recibido también al interior del país, “el discurso que ha mantenido el gobierno actual es que está avanzando positivamente en ello”, dice Tickner, quien anticipa “mayores expresiones por parte de Estados Unidos, tanto desde la Casa Blanca como desde el Congreso, para que se vuelvan más ágiles esos procesos y para que se brinde protección real a excombatientes y a defensores de los derechos humanos, activistas sociales”.
Para la académica, el gobierno de Duque “ha demostrado ser bastante incompetente en términos de su capacidad de ejercer gobernanza y su ejercicio de credibilidad y legitimidad al interior de Colombia”.
En este concuerda Cristo, quien manifiesta que el apoyo del gobierno al acuerdo de paz fue “muy frío, muy distante, que será muy distinto del caso de Biden, en donde hay un compromiso a fondo con la apuesta de parte del Estado colombiano” y hace referencia al apoyo que le dio la administración demócrata de Barack Obama, en años pasados.
Esto podría generar desacuerdos entre ambos gobiernos, aseguró Isaacson, con respecto a la “energía con que el gobierno de Duque implementa el proceso de paz y protege a los líderes sociales”.
Valencia, por el contrario, dice que “los acuerdos de la Habana se han venido como no son” y al referirse a las medidas, como los programas de erradicación voluntaria de los campesinos de los cultivos ilícitos, dice que ponen en riesgo la vida de las personas: “Es evidente que la vinculación directa de estas políticas de sustitución voluntaria frente a los asesinatos no lo van a promover ni los Estados Unidos ni nadie, porque nadie quiere que asesinen los líderes sociales colombianos”, señala.
La lucha contra el narcotráfico
Tanto la administración Trump como la de Duque han estado de acuerdo en la reanudación de la fumigación de los cultivos ilícitos y, aunque ha sido un tema debatible al interior del país, la profesora Tickner señala que, cuando llegue el demócrata a la presidencia y “ante el informe bipartidista que el Congreso publicó hace poco que califica Plan Colombia como un fracaso en la lucha antinarcóticos, es de esperar que desde la Casa Blanca haya cambios también en la orientación hacia la lucha contra las drogas. Y ahí difícilmente veo margen de modificación de las posiciones que han sido bastante intransigentes por parte del presidente Duque”.
Un informe, encargado por la Cámara de Representantes concluyó que, aunque la cooperación entre ambos países fue efectiva en la lucha contra los grupos armados, “fue un fracaso en la lucha contra las drogas”.
En el 2019, la cantidad de coca cultivada en Colombia alcanzó un récord de 212.000 hectáreas, a pesar de que el gobierno del actual presidente Iván Duque aumentó las operaciones de erradicación.
Isaacson recuerda que, durante su época de senador, Biden fue uno de los legisladores que más apoyó el plan Colombia y su componente de erradicación forzosa, por lo que piensa que no estará en el horizonte un fin al programa de erradicación.
“Veo un cambio de énfasis (…) van a reconocer la importancia del sistema de justicia en desarticular grupos [criminales], un poco más énfasis en los flujos financieros que los alimentan, en la corrupción oficial (…) y la falta de presencia estatal en esos territorios”, enumeró.
La senadora Valencia, por su parte, opina que tanto los republicanos como los demócratas entienden el problema del narcotráfico y no cree que las políticas al respecto puedan modificarse. “Tiene que haber fumigación o aspersión aérea para que podamos ser efectivos y, sobre todo, unas políticas integrales que incluyen la extradición, la incautación y, sobre todo, la expropiación de los bienes de todos los que estén vinculados”, agrega Valencia.
Contrario a esto, el exministro dice que el informe de la Comisión bipartidista del Congreso norteamericano señala que el enfoque debe ser más hacia la transformación de los territorios, hacia la sustitución social de los cultivos ilícitos y no en la fumigación.
La profesora Tickner, de la Universid del Rosario dijo que, con la llegada de Biden, puede haber “un endurecimiento de las posiciones del Congreso frente a temas como la violación de derechos humanos y el asesinato de líderes sociales y excombatientes de las FARC, lo que “se traduciría en mayores tensiones entre el gobierno colombiano y el partido demócrata”, el cual ha venido endureciendo su posición frente a este tema.