Varios vecindarios de Río de Janeiro seguían inundados este lunes, más de un día después de las torrenciales lluvias en que murieron al menos 11 personas.
Las fuertes lluvias causaron estragos durante el fin de semana, inundando hogares, un hospital, la línea del metro de la ciudad y una sección de la Avenida Brasil, la vía principal de esa ciudad.
Algunas personas murieron ahogadas o en derrumbes, y al menos tres fallecieron electrocutadas. Ocho ciudades en todo el estado presentan un riesgo “muy alto” de derrumbes y en 10 más, el riesgo es “alto”, según funcionarios de protección civil.
Varios residentes caminaban por las calles de Duque de Caxias con el agua hasta la cintura. Otros trepaban a los techos y pedían ayuda mientras los helicópteros sobrevolaban la zona, según videos del canal brasileño Globo.
Cerca de 2.400 elementos militares de la brigada contra incendios de Río se movilizaron el fin de semana y usaron ambulancias, botes, drones y aeronaves para rescatar a los residentes y vigilar las áreas afectadas.
Las autoridades intervinieron en más de 200 incidentes debido a las inundaciones en todo el estado, según una declaración de protección civil de Río. Pero algunas personas acusaron a las autoridades de negligencia.
“Estamos completamente abandonados”, dijo Eliana Vieira Krauss, de 54 años, residente de Duque de Caxias. La asistente de enfermería afirmó que tuvo que llevar ella misma a su suegro discapacitado e 80 años a la casa de su cuñada.
“El agua casi llegó a su cama. Si se hubiera girado y caído, se habría ahogado”, agregó.
Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, declaró estado de emergencia e instó a las personas a no abrirse paso por las áreas inundadas para no interrumpir los esfuerzos de rescate y recuperación.
La inundación del sótano del Hospital Municipal Ronaldo Gazolla produjo cortes de energía que se resolvieron el domingo, pero todas las citas en el hospital tuvieron que posponerse 15 días, dijo el secretario de Salud de Río Daniel Soranzen X, antesTwitter.
El Instituto Nacional de Meteorología de Brasil advirtió el jueves sobre la posibilidad de fuertes lluvias en Río, Sao Paulo y Minas Gerais debido a una combinación de calor, humedad y áreas atmosféricas de baja presión.
En febrero de 2023, las fuertes lluvias causaron inundaciones y derrumbes en que murieron al menos 48 personas en el estado de Sao Paulo. En septiembre, inundaciones provocadas por un ciclón en el sur de Brasil provocaron la muerte de al menos 31 personas y dejaron a 2.300 sin hogar.
Al mismo tiempo, el bosque tropical de la Amazonía ha enfrentado una grave sequía. Los científicos afirman que el clima extremo se presenta con más frecuencia debido al cambio climático provocado por la intervención humana, y 2023 fue el año más cálido del que se tiene registro.
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