Los esfuerzos de reforma al sistema de inmigración de Estados Unidos, y la amenaza de someter al país a severos recortes automáticos en los próximos días, son los temas que discuten los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham, en la Casa Blanca.
Los legisladores forman parte de un grupo bipartidista de ocho miembros que trabaja para elaborar un proyecto de ley de reforma al sistema de inmigración.
La reunión representa el más reciente esfuerzo del presidente de EE.UU., Barack Obama, por acercarse a algunos de los republicanos involucrados en las negociaciones para modernizar el sistema inmigratorio del país.
Tanto demócratas como republicanos aseguran estar de acuerdo en lograr una reforma migratoria, pero discrepan en el camino a tomar para crear una vía a la ciudadanía de los estimados 11 millones de inmigrantes sin un estatus legal que viven en Estados Unidos.
Los republicanos insisten en que primero se deben proteger las fronteras del país, una condición que obligaría al mandatario estadounidense a dilatar el proceso de legalización. Sin embargo, la Casa Blanca confía en que el fuerte rechazo de los latinos hacia el partido republicano, en las pasadas elecciones presidenciales, los obligue a actuar con rapidez.
Además del tema migratorio, un colaborador de McCain dijo que durante el encuentro en la Casa Blanca seguramente se discutirían los $85.000 millones de dólares en recortes al gasto del Gobierno que podrían aplicarse automáticamente a partir de este próximo 1 de marzo.
Los legisladores forman parte de un grupo bipartidista de ocho miembros que trabaja para elaborar un proyecto de ley de reforma al sistema de inmigración.
La reunión representa el más reciente esfuerzo del presidente de EE.UU., Barack Obama, por acercarse a algunos de los republicanos involucrados en las negociaciones para modernizar el sistema inmigratorio del país.
Tanto demócratas como republicanos aseguran estar de acuerdo en lograr una reforma migratoria, pero discrepan en el camino a tomar para crear una vía a la ciudadanía de los estimados 11 millones de inmigrantes sin un estatus legal que viven en Estados Unidos.
Los republicanos insisten en que primero se deben proteger las fronteras del país, una condición que obligaría al mandatario estadounidense a dilatar el proceso de legalización. Sin embargo, la Casa Blanca confía en que el fuerte rechazo de los latinos hacia el partido republicano, en las pasadas elecciones presidenciales, los obligue a actuar con rapidez.
Además del tema migratorio, un colaborador de McCain dijo que durante el encuentro en la Casa Blanca seguramente se discutirían los $85.000 millones de dólares en recortes al gasto del Gobierno que podrían aplicarse automáticamente a partir de este próximo 1 de marzo.