La inmigración, que fue puntal de la campaña electoral del presidente Joe Biden, se mantiene como uno de los grandes objetivos de la Casa Blanca transcurrido el primer bienio demócrata. La economía será otro importante escollo a salvar.
“Medido durante los últimos 12 meses, esta cayó al 6,5 %, eso es menos que el 7,1 % del mes anterior, eso es menos que el 9,1 % este verano. La inflación ahora está en su nivel más bajo desde octubre de 2021", apuntó el mandatario a inicios de este mes.
Reducir la inflación a la meta de 2 % y crear vías legales más humanas que logren descongestionar la frontera sur y darle respuesta a miles de migrantes que están a la espera, se intuyen como los objetivos principales a nivel doméstico de la dupla Joe Biden-Kamala Harris para este año.
Visto así, es una tarea que no comienza fácil, pues si bien la inflación cerró en un 6,5 % al cierre de diciembre del año pasado, según la Oficina de Estadísticas Laborales, el empleo aumentó en 223.000 nuevos puestos de trabajo y el desempleo se ubicó en un 3,5 %; pero de acuerdo con el Banco Mundial la economía no tendrá grandes avances, pues pronostica un crecimiento de solo un 0,5 %.
“Todavía tenemos mucho trabajo por hacer; pero claramente nos estamos moviendo en la dirección correcta”, argumentó Biden.
La migración es otra piedra en el zapato. De acuerdo con la Casa Blanca, no será una tarea a la que le darán solución a corto plazo.
“Nuestros problemas en la frontera no surgieron de la noche a la mañana y no van a ser resueltos de la noche a la mañana”, sentenció.
Construir caminos legales
En materia de inmigración, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, insiste en el llamado a no arriesgar la vida en busca del “sueño americano”.
“No pongan su vida en manos de contrabandistas que no se preocupan por su bienestar y solo se preocupan por su dinero. Estamos construyendo caminos legales, formas seguras y ordenadas para llegar a Estados Unidos”, ha señalado Mayorkas.
La llegada de inmigrantes en situación irregular a Estados Unidos sobrepasó con creces las cifras de incluso dos décadas atrás, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Mientras, en el Congreso, la deuda legislativa en este área se acumula desde 1986, fecha de la última reforma migratoria. Demócratas y republicanos son conscientes de la importancia del tema, como lo afirmaron en declaraciones a la Voz de América la legisladora y expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el congresista por Alabama, Gary Palmer.
"Hay una conversación sobre esto porque es algo muy importante para nuestro país. Ha sido un tema bipartidista en el pasado y esperamos que lo sea de nuevo", dijo la demócrata Pelosi.
"Ha habido muchas discusiones, pero estaría feliz de trabajar con los demócratas en muchos de los temas que tengan sentido", aseveró el republicano Palmer.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) implementó a inicios de enero un “parole humanitario”, con cupos para aspirantes de Nicaragua, Cuba y Haití, tres de los países que se ubican entre los mayores emisores de inmigrantes de los últimos tiempos.
La medida, que busca ampliar los caminos legales para la emigración, fue implementada a finales de 2022 para nacionales de Venezuela.
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