El Banco de Inglaterra (BI) dijo este miércoles que el panorama a corto plazo empeoró y que ahora sólo espera un crecimiento económico de 1,7 por ciento, cuando en febrero había anticipado que sería de 2 por ciento.
La mala noticia se debe en parte a que los precios al consumidor seguirán estando por encima de la meta que había previsto el gobierno para este año y el próximo, dijo el BI.
En momentos en que en Europa todavía reina gran incertidumbre, el presidente del BI, Mervyn King, calificó de “inusualmente inciertas” las perspectivas económicas de Gran Bretaña y dijo que habían empeorado en los últimos tres meses.
El banco informó que la inflación probablemente llegue a 5 por ciento en los próximos meses, bien por encima del pronóstico de 2 por ciento que habían hecho las autoridades financieras del país.
El ministro de Finanzas británico, George Osborne admitió a líderes empresariales en Londres que "la recuperación será dispareja", en gran medida porque "los altos precios de las materias primas, los terremotos en Japón y la incertidumbre en la zona euro están pesando sobre el crecimiento de todo el mundo".
Esta semana, el Banco Central Europeo (BCE) advirtió estar viendo señales de un repunte inflacionario y dijo a países como Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña que tienen que apresurarse a controlar sus déficits.
Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, precisó que la situación financiera de los gobiernos en el mundo desarrollado "tiene que ser mejorada de manera enérgica".
Por otra parte, los mercados están bastante escépticos debido al hecho de que la Unión Europea sigue bajo presión para renegociar sus rescates financieros a Irlanda y Grecia.
El rescate de 110.000 millones de euros ($157.000 millones de dólares) a Grecia, acordado en mayo del año pasado, y el de 85.000 millones de euros ($122.000 millones de dólares) para Irlanda, son vitales para que la zona euro pueda solucionar la crisis de la deuda soberana.