Los informes del Centro Carter y del Panel de Expertos de Naciones Unidas han coincidido en denunciar que la proclamación del presidente Nicolás Maduro como ganador de la elección en Venezuela se realizó sin sustento y serán fundamentales para la comunidad internacional a la hora de abordar la legitimidad del proceso, de acuerdo con analistas consultados.
El martes, la secretaría general de las Naciones Unidas publicó un informe donde se concluye que el proceso electoral no cumplió con “los requisitos básicos de transparencia e integridad” y que el anuncio de su resultado no fue tabulado ni detallado, lo cual “no tiene precedente en elecciones democráticas contemporáneas”.
Ante ello, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, a quien múltiples gobiernos de la región han pedido publicar los resultados desglosados de cada mesa de votación, dijo este miércoles que el documento de la ONU era “panfletario” y estaba plagado de “mentiras”.
Por su parte, el Centro Carter concluyó en un reporte preliminar que la elección del 28 de julio en Venezuela no podía considerarse democrática ni se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral.
El informe del Panel de Expertos de Naciones Unidas distingue tres partes del proceso, con una primera fase marcada por el ventajismo oficial y condiciones “muy desiguales” en la campaña y una segunda donde la ciudadanía votó de forma “limpia y entusiasta”, comenta a la Voz de América la politóloga y docente universitaria Carmen Beatriz Fernández.
En su evaluación de la tercera parte, referida a la totalización y el anuncio del resultado, es donde los especialistas mencionan “el crimen electoral” que el oficialismo habría cometido el 28 de julio, señala.
“El problema es la tercera fase. El árbitro (CNE) decidió interrumpir el proceso (de totalización) y dar un resultado que inventó y dio oralmente, sin sustento de ningún tipo”, asevera Fernández.
Exigencia universal de transparencia
Víctor Maldonado, politólogo y profesor universitario, indica que ambos informes se suman a “una exigencia universal” de que el Consejo Nacional Electoral demuestre lo que afirmó sin tener evidencias en manos, es decir, un resultado desglosado y verificado.
“Ya no es suficiente decirlo, sino que también deben honrar el debido proceso que exige mostrar los resultados de las actas y permitir el arqueo de esas actas por parte de los candidatos que participaron”, asegura en conversación con la VOA.
En Venezuela, existe “una crisis muy compleja de legitimidad interna y externa” que sólo se puede resolver si el CNE completa su trabajo, opina.
El poder electoral venezolano aún no ha publicado la pormenorización de los resultados, ni ha precisado si lo hará, mientras la Sala Electoral de la corte suprema del país inició un peritaje para “certificar” la elección.
Mientras el CNE no concluya el proceso detallando sus resultados y comprobando la proclamación de Maduro, prevalece “una situación de hecho que disuelve cualquier ilusión de democracia”, según Maldonado.
Los sendos informes del Centro Carter y el Panel de Expertos de la ONU nacen de organismos con un prestigio internacional labrado durante décadas, subraya el politólogo Piero Trepiccione.
“Son dos elementos importantísimos de análisis que van a soportar las valoraciones de las agencias diplomáticas internacionales” sobre la elección, dice a la VOA.
Trepiccione, directivo del centro de pensamiento Gumilla, afirma que los informes serán elementos de primera línea en las gestiones diplomáticas de México, Brasil y Colombia para mediar en la crisis poselectoral en Venezuela, tanto como en las posturas que asumirán “muchos países” en cuanto a los cuestionamientos del proceso comicial.
Gestiones con dos informes de fondo
Los presidentes de México, Brasil y Colombia aceleran una mediación informal con el gobierno de Maduro para que se publiquen las actas de las más de 30.000 mesas de votación y se permita una verificación independiente de sus resultados.
Esta iniciativa está respaldada momentáneamente por gobiernos que han restado credibilidad a la proclamación de Maduro, como Estados Unidos.
Geoff Ramsey, analista sénior sobre políticas hacia América Latina del centro de estudios estadounidense The Atlantic Council, considera que el éxito de las diligencias de los 3 jefes de Estado de tendencia izquierdista dependerá de la coordinación con otros países.
“Es útil que haya un grupo de países de la región que esté tratando de mantener la comunicación con Caracas. Será fundamental que esos esfuerzos se coordinen con otros esfuerzos para presionar por negociaciones creíbles”, dice a la VOA.
A su juicio, el trío de dignatarios latinoamericanos entiende las dudas sobre la independencia de poderes en Venezuela y no están abiertos a aceptar que un mero fallo de un tribunal pretende zanjar la crisis postelectoral.
“Sus cancilleres están tratando de mantener puentes con Caracas, pero también han dejado claro que no les interesa apoyar un fraude electoral”, diagnostica Ramsey.
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