Los desafíos y beneficios del empoderamiento de la mujer indígena chilena fue el tema de un foro realizado en el Museo del Indio Americano en Washington, EE.UU.
Tres mujeres de diferentes etnias chilenas analizaron el tema dentro del contexto de sus comunidades, las que usualmente suelen ser tradicionales y con un rol masculino muy fuerte.
María Francisca Collipal, de la etnia mapuche –que corresponde al 11% de los 17 millones de chilenos –, dijo que, desde la época de la colonia española, la comunidad mapuche ha tenido poco acceso a servicios como salud y educación, además del proceso de socialización que ha significado una pérdida del mapudungun, su lengua.
Esto, junto a un proceso de desvalorización de la mujer indígena en su etnia, llevó a perder la tradicional posición de liderazgo que tenía la mujer dentro de la sociedad mapuche.
“Antes de la colonización, la mujer mapuche históricamente estaba muy empoderada y tenía un rol muy relevante dentro de la sociedad. Posteriormente, y por incidencia de toda la violencia y el despojo de toda la tierra y el territorio, la mujer simplemente pasó a ocupar una escala muy inferior en la sociedad, siendo relegada”, dijo.
Pero desde 2006, tras la primera elección de la presidenta Michelle Bachelet, a través de la implementación de políticas públicas comenzó un proceso de educación para lograr un mayor empoderamiento de la mujer.
“Inicialmente muchas de las líderes que eran innatas se veían limitadas en desarrollar sus actividades al no saber leer ni escribir, y no conocer las leyes. Hoy en día son las líderes cuentan con mayor educación, aprendiendo y educándose unas a otras en los ‘secretos’ para poder conseguir un buen liderazgo”, agregó Collipal.
Actualmente unas 260 mujeres mapuches están siendo capacitadas en liderazgo para poder representar a sus comunidades y negociar con el gobierno los temas que más les conciernen.
Sonia Ávalos, de la etnia quechua, en el norte de Chile, centró su participación en cómo su etnia ha logrado ser reconocida en el contexto nacional e internacional.
“Nuestra etnia ha tenido que luchar contra leyes, prohibiciones y restricciones desde la época de nuestros ancestros, [pero] he sido testigo del crecimiento de la mujer indígena”, dijo.
A sus 70 años, agregó, “soy madre, abuela, bisabuela, recolectora, artesana y agricultora, y hoy cabeza de una de las pocas comunidades indígenas que hay en el norte de Chile. El papel de la mujer ha sido esencial. Después de mucho tiempo de lucha, estamos cosechando frutos que otros plantaron, y esperamos que otros cosechen de las semillas que nosotros plantamos”.
Por ultimo Anakena Manutomatoma, de la etnia polinésica rapanui, enumeró el progreso que ha logrado la mujer en la isla, y que ha posibilitado a cinco mujeres ejercer roles de liderazgo político en la isla desde el año 2000.
“Dos gobernadoras, una alcaldesa, una concejal y dos comisionadas de la cultura rapanui nos han representado”, dijo a la Voz de América, agregando que ella es una de esas comisionadas.
Esto ha permitido que la Isla de Pascua, o Rapa Nui, como la llaman los indígenas, sea reconocida como territorio especial por la ley chilena.
“Una nace líder. No es algo que uno lo aprenda. Una nace, siente, y lo hace”, agregó.
Las tres coincidieron en que es necesario que se institucionalice una educación multicultural bilingüe y el establecimiento de un Ministerio Indígena en el país, lo que a su juicio lograría una sociedad más inclusiva y diversa.
“En Chile solo se ensena una historia, y esta nos ve como salvajes”, dijo Collipal. “Si no se tiene una educación multicultural bilingüe, será imposible que las sociedades indígenas y la chilena se entiendan”.
El foro se realizó en el marco del tercer festival de artesanías chilenas organizado por la Embajada de Chile en Washington que se lleva a cabo en el museo, parte del Instituto Smithsonian.