La decisión de Estados Unidos de permitir el envío de nafta de las empresas europeas Eni y Repsol a Venezuela podría ser visto como un "gesto" para promover avances en las negociaciones políticas, aseguran expertos consultados por la Voz de América.
Las compañías petroleras Eni, de Italia, y Repsol, de España, enviaron un cargamento marítimo con 260.000 barriles de nafta a la empresa estatal venezolana PDVSA a finales de agosto, reportó la agencia Bloomberg.
EEUU está dispuesto a aliviar las sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro si este da “pasos” hacia la redemocratización de Venezuela, confirmó el Departamento de Estado después de que se conoció sobre el despacho de nafta desde Europa.
Es la primera vez que Venezuela recibe combustible de empresas trasnacionales que aún operan en su territorio desde la aplicación de sanciones económicas estadounidenses contra su industria petrolera, y expertos aseguran que permitir este envío ayudará a “facilitar el ambiente” de las negociaciones políticas con el gobierno de Nicolás Maduro. El cargamento de nafta permitirá a Venezuela aumentar su producción de gasolina, lo que se traducirá en mejoras en el transporte.
Orlando Ochoa, especialista en macroeconomía, petróleo y procesos de negociación política, argumenta que el gobierno de Joe Biden ha dicho que prevé facilitar ciertas operaciones energéticas a cambio de concesiones políticas y electorales del gobierno venezolano.
Los recientes “incentivos” autorizados para Eni, Repsol y la propia PDVSA buscan facilitar las negociaciones con el gobierno venezolano, que han enfrentado “dificultades” en meses recientes, valoró el experto.
Las sanciones o elecciones "libres y justas"
EEUU sancionó en 2019 a PDVSA como respuesta a la erosión de la democracia en Venezuela. Pero en junio de 2022 aprobó una licencia especial para que Eni y Repsol transportaran crudo venezolano, lo procesaran en sus refinerías en Europa y recuperaran parte de su deuda acumulada y los dividendos de las empresas mixtas donde participan en Venezuela.
Juan González, asesor especial del presidente estadounidense, Joe Biden, dijo en julio que los “incentivos” de su gobierno para Venezuela buscan fortalecer las negociaciones entre el oficialismo y la oposición para hallar una solución a la crisis. González agregó que la ventana de conversaciones y diálogos “se va a cerrar eventualmente” si no existen avances concretos.
Las negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición que se llevaban a cabo en Ciudad de México no se han reanudado desde noviembre pasado. El chavismo dice estar a la espera de que EEUU autorice la inyección de recursos a un fondo de propósito social pactado hace 10 meses, uno de los pocos acuerdos formales de esos diálogos.
El Departamento de Estado de EEUU reiteró esta semana a la Voz de América que el gobierno norteamericano está “listo” para modificar su política de sanciones a Venezuela si hay avances democráticos, puntualmente de cara a elecciones “libres y justas”.
“Hemos declarado constantemente que estamos dispuestos a ofrecer un alivio de las sanciones cuando Maduro dé pasos hacia el restablecimiento de elecciones libres y justas en Venezuela”, dijo un portavoz a la VOA.
El Departamento de Estado aclaró que la política general de sanciones norteamericanas en Venezuela “sigue vigente”.
El gobierno venezolano asegura que Washington ha impuesto más de 900 sanciones individuales y sectoriales y exige su levantamiento total para negociar acuerdos políticos.
“Beneficio” para Venezuela
El plan de las autoridades venezolanas es mezclar la nafta -mezcla de hidrocarburo líquido- con gasolina menos refinada en Paraguaná, Falcón, para aumentar la disponibilidad de combustible, de acuerdo con el reporte de Bloomberg.
La autorización a las compañías europeas se traduce en “mejores incentivos” a PDVSA y “ayuda a aliviar el transporte” en Venezuela, afectado en años recientes por la escases de combustible, diagnosticó el economista y profesor universitario Leonardo Vera.
“Hay un beneficio notable si el país comienza a recibir gasolina o insumos que permitan producir gasolina para mejorar la grave situación de movilidad” de transportes privados y de mercancías y alimentos, dijo a la Voz de América.
En mayo, el presidente de PDVSA, Pedro Tellechea, informó que el gobierno de Maduro autorizó que Repsol y Eni explotaran condensados y exportaran gas natural local hasta los mercados de Europa.
Un “panorama de estabilidad política” en Venezuela favorecería los proyectos de petróleo y gas con firmas extranjeras, señaló el economista Ochoa.
Vera, por su parte, subrayó que la última autorización de EEUU a Eni y Repsol allana el camino para que Venezuela pueda, incluso, “recibir cash”, como se conoce en el campo económico al flujo de efectivo generado por las exportaciones de explotación energética.
La ampliación de la licencia a Eni y Repsol también las ubica “en situación ventajosa” para solicitar a EEUU que autorice sus participaciones en proyectos de producción de crudo. El mayor proyecto energético de Eni y Repsol en Venezuela es el Perla, un campo con 17 billones de pies cúbicos de gas en el subsuelo. Es uno de los mayores campos de gas offshore (costa afuera) en América Latina.
"Hay un gran interés de todas las partes" de reactivar ese proyecto para producir más gas licuado con capacidad de exportarse, aseguró el economista Vera.
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