Las bibliotecas públicas son una parte integral de las comunidades en Estados Unidos. Ofrecen acceso gratuito a internet, programas para bebés y adolescentes, salones de reunión para grupos comunitarios y más. Sin embargo, tal como otros servicios públicos, están pasando por tiempos difíciles.
Las bibliotecas a lo largo del país esperan que una campaña publicitaria les ayude a mejorar su imagen y así sus posibilidades de nuevas fuentes de financiación.
Paula Baker, directora de la biblioteca de Rutland, en Vermont, dice que a pesar de que ellos prestan libros y películas, también ofrecen libros electrónicos y otros productos descargables de internet, como archivos de audio y colecciones de información digital.
Baker indica que la gente muestra interés al saber de estos servicios, “sus ojos se agrandan y clic, sucede, ‘no sabía que se podía hacer esto’”, dice.
Ese es el problema. Mucha gente de la comunidad no se da cuenta que estas cosas son parte de los beneficios que la biblioteca ofrece a sus usuarios.
“En esta biblioteca experimentamos un déficit durante los últimos dos años y en el que viene este número aumentará”, indica Baker.
Los recortes de fondos están afectando a las bibliotecas a lo largo de Estados Unidos, explica Jenny Johnson, directora ejecutiva de mercadeo del Centro de Bibliotecas Online (OCLC). Esta organización sin ánimo de lucro ayuda a las bibliotecas a promover sus servicios y uso.
Johnson dice que las bibliotecas no se han concentrado en buscar apoyo económico. Por lo que OCLC está promoviendo un cambio en este sentido con la ayuda de $6 millones de dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates. Este incentivo permitió contratar profesionales del mundo del mercadeo.