Pamela se degradó el miércoles a depresión tropical después de tocar tierra como un huracán en la costa oeste de México, pero seguía descargando lluvias en varios estados donde dejó árboles caídos, comercios dañados y calles inundadas.
Aunque el ciclón, que se formó el fin de semana en aguas del océano Pacífico, disminuyó su intensidad, sus bandas nubosas en interacción con un frente frío provocaban fuertes precipitaciones en estados occidentales como Durango, Nayarit y Sinaloa, y más al oriente, en Coahuila, dijo la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de México.
El impacto de Pamela, como huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, se produjo temprano en las inmediaciones del municipio San Ignacio, en Sinaloa.
Autoridades reportaron cortes en el suministro de energía eléctrica en la región, mientras que en el puerto turístico Mazatlán empleados del servicio público liberaban avenidas de árboles caídos, además de piedras y escombros que fueron arrastrados por el agua.
Pamela se ubicaba la tarde del miércoles a 415 kilómetros al noreste de Mazatlán, de acuerdo con un reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), y presentaba vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora (km/h), cuando habían alcanzado hasta 130 km/h antes de tocar tierra.
Se espera que Pamela se siga debilitando mientras atraviesa el norte de México y que el miércoles por la noche o el jueves esté cerca de la frontera con Texas como depresión tropical. Los remanentes del huracán podrían arrojar intensas lluvias en el centro de Texas y en el sureste de Oklahoma, dijo el centro.
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